Movimiento cultural de origen italiano que, con doble proyección artístico-literaria, fundó a comienzo del siglo XX el poeta F. T. Marinetti.
La temática del futurismo se inspira en el afán de traducir el ritmo nuevo de la civilización moderna, exaltando el culto a la máquina y al producto industrial –como contrapuesto a las obras de arte de tradición clásico-académica-, el mito de la acción por la acción (a semejanza de G. D’Annunzio) y el concepto de la guerra como “única higiene mundial”. Posteriormente, el grupo de los seguidores de F. T. Marinetti fuen en parte absorbido por el fascismo, y el asentimiento a la consagración oficial probó su carácter ambiguo y su escasa conciencia del efectivo alcance de los principios proclamados doctrinalmente. El futurismo tuvo gran repercusión en toda Europa como precedente de otros movimientos innovadores más tardíos, y en Rusia dio origen al grupo presidido por el poeta V. Khlebnikov. El “manifiesto futurista”, al proclamar un nuevo canon de belleza plástica (“un coche de carreras es más hermoso que la Victoria de Samotracia”), estaba destinado a ejercer una extraordinaria influencia en las artes. En 1910, encuentro en Milán, de Marinetti con los tres pintores italianos Carrà, Boccioni y Russolo determinó el lanzamiento del “manifiesto de los pintores”, al que se sumaron Giacomo Balla y Gino Severini. La primera exposición tuvo lugar en París, en febrero de 1912. El futurismo se caracteriza por la integración del movimiento en la pintura, pero de forma distinta a la realizada por el cubismo. Mientras éste contempla la realidad desde puntos de vista distintos, ofreciendo en un mismo cuadro múltiples perspectivas, como si el artista se moviese en torno al objeto, en la pintura futurista es el objeto el que se mueve frente al contemplador, produciendo una impresión borrosa semejante a la de un objeto móvil captado por una cámara fotográfica. En ocasiones los futuristas combinaron en una misma tela la posiciones sucesivas de un mismo móvil. Esta característica esencial apareció expresada con gran violencia de color en Severini y con una gama de grises semejantes a los de los cubistas en Carrà pero todos tenían en común una voluntad de potencia que quizá fue la gran aportación del futurismo al arte contemporáneo; donde la misma aparece más claramente es en los cuadro de Balla y de Boccioni.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
Artistas del Futurismo
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