Esta obra de arte fue pintada entre 1987 y 1988, cuando Freud ya era un artista establecido. La mujer retratada es una de sus dos hijas fruto de su matrimonio con Kitty Garman (hija de un escultorjacob epstein).
Lo que es bastante
innovador en el enfoque de Freud sobre el tema representado es la perspectiva.
El artista representa un cuerpo acostado completamente alejado de nosotros, por
lo que no podemos ver la expresión facial, pero aún así, la pintura es bastante
expresiva. El cuerpo está acurrucado en posición fetal, lo que puede
interpretarse como una reacción a un trauma físico o psíquico. Al representar
así a su hija dormida, Freud puede estar sugiriendo que él es un observador
impotente de su dolor mental y emocional. También está poniendo al espectador
en la posición de un voyeur que se entromete en el espacio personal de una
mujer y obtiene una idea de cómo se siente. Además, esta pintura podría leerse
en clave feminista: una mujer expresa su trauma solo cuando duerme, solo cuando
no se da cuenta de que otros la están mirando.
En sus pinturas,
Freud demuestra la tangibilidad de los humanos, ya sea su dolor emocional y su
lucha, o el naturalismo en la representación de sus cuerpos. Esta tangibilidad
de Annabel se muestra en una fisicalidad bruta de sus pies. El artista enfatiza
pequeños detalles, como el movimiento de los músculos y la textura de la piel.
Desidealiza el cuerpo humano, rompe con la tradición de representar la figura
femenina como un objeto bello e impecable, e insiste en la corporeidad de todos
los cuerpos. Esta desidealización nos recuerda a Caravaggio. El realismo se
puede ver en sus obras como Virgen de Loreto, Entierro de Cristo o Crucifixión
de San Pedro. De manera similar, la representación de Caravaggio de los
pies sucios de los santos destaca la imperfección del cuerpo humano y la
naturaleza humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario.