Más que la tortura física, la figura mórbida del santo diríase que expresa una alegoría de la sensualidad martirizada. La poesía del paisaje, la belleza del color, que parece filtrarse a través de una luz sutil, hacen de esta gran pintura la obra maestra de el Sodoma.
(Galería Pitti, Florencia)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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