Punto al Arte: El templo de techumbre curvilínea

El templo de techumbre curvilínea

El templo de techumbre curvilínea (sikhara) hace su aparición, según parece, hacia el siglo VIII; entre otros ejemplos, se pueden citar el santuario en ladrillo de Laksmana en Sirpur (distrito de Raipur) y los santuarios en piedra de Pattadakal (sudoeste del Deccán), principalmente los templos de Papanatha, de Jambhulinga, etc., estos últimos fundados por los Calukya de Vengi. A partir de principios del siglo IX, esta forma se extendió hacia los reinos septentrionales, donde se perpetuó hasta la época contemporánea, al mismo tiempo que se diversificaba según los estilos regionales. Es posible enumerar hasta seis estilos principales.

Shikara sobre el Templo del Sol, en Konarak. Máximo exponente de la arquitectura religiosa de Orissa, este templo fue diseñado en forma de una colosal carroza tirada por siete caballos que llevan hacia Surya, el dios sol. La mayor parte del templo está cubierto por miles de esculturas de bailarinas, animales e imágenes eróticas. Una torre o shikara remata el templo.

Templo de Muktesvara, en la ciudad santa de Bhubaneswar. El pequeño templo (hacia el año 1 000) es una de las primeras y más bellas muestras del estilo de Orissa. En él se pueden apreciar la torana o pórtico de acceso, el vestíbulo o pabellón destinado a los fieles con su techo piramidal de múltiples saledizos escalonados, y el santuario cubierto por el sikhara o techumbre en forma de torre curvilínea que domina al conjunto, y cuyas aristas han sido hábilmente curvadas. Los pilares se adornan con las guirnaldas típicas del estilo de Orissa y la torana con bellísimas figuras de mujer.

Hay que citar en primer lugar los dos más bellos, no sólo por razón de su valor estético, sino porque se los puede estudiar de modo continuo desde el siglo IX al XIV a partir de un gran número de ejemplos agrupados en un mismo sitio: el estilo de Orissa (nordeste de la India) bajo las dinastías Somavamsi y Ganga, con la ciudad santa de Bhubaneswar (fin del siglo IX a mediados del XIII) y los santuarios vecinos: los templos de Surya en Konaraka (mediados del siglo XIII) y de Jagannatha en Puri (comienzos del siglo XII, pero modificado hasta época contemporánea). Y, de una calidad estética aún más refinada, el estilo de Bundelkhand (India central), bajo la dinastía de los Candela, cuya capital religiosa, Khajuraho, fue una de las más prestigiosas de la India medieval (siglo IX-comienzos del XIV).



Templo Lingaraja, en Bhubaneswar. En este templo dedicado a Shiva, durante los meses de febrero y marzo se celebra un festival el día de luna llena, el shivaratri.

Los otros cuatro estilos se reparten entre el Rajputana y la India central, donde, desde el siglo XI, la invasión musulmana interrumpió -así como en Gwalior- el empuje de la arquitectura religiosa hindú; por último, el Deccán, donde persistió desde el siglo XI hasta el XIII.

A pesar de la multiplicidad de los ejemplos que hay que considerar y a pesar también de la inevitable diversidad de los estilos regionales, es posible esbozar su evolución general y, por lo menos, poner de relieve sus características esenciales, estudiando por un lado las plantas y por otro las techumbres. Por lo que se refiere a la planta, hay que observar primero que, en la fase antigua (siglos VII-IX), el templo con sikhara sólo está compuesto por el santuario (garbhagrha) precedido por un pórtico y coronado por la techumbre curvilínea. Luego, en los siglos IX-X, el santuario, el vestíbulo y el pabellón destinado a los fieles están situados uno tras otro; el conjunto está encerrado en un recinto cortado por una puerta delimitada por dos grandes pilares unidos en su parte superior por un arco decorado, formando así un pórtico (torana). El ejemplo más perfecto de este tipo es seguramente el pequeño templo de Muktesvara en Bhubaneswar (Orissa), cuyas proporciones bien equilibradas se unen a una decoración de gran perfección, en la que alternan bellas esculturas femeninas y motivos decorativos realizados con esmero. Los tres elementos del templo están dotados de techumbres diferenciadas: un sikhara para el santuario, un techo piramidal más bajo, con cornisas próximas y decrecientes, para el vestíbulo, y una techumbre aún más baja, escalonada, para el pabellón.

⇨ Planta del templo de Laksmana, en Khajuraho. El plano muestra los santuarios situados en las esquinas de la terraza, según la disposición pancayatana.


Desde comienzos del siglo XI y durante todo el XII este tipo alcanza su apogeo. Los tres elementos arquitectónicos indispensables al culto hindú quedan soldados en una sola secuencia y se adjuntan a ellos salas suplementarias, dispuestas una tras otra sobre el mismo eje de Este a Oeste y formando un solo bloque; su multiplicación atestigua sin duda la prosperidad de los santuarios hindúes en esta época. Los mejores ejemplos de este dispositivo se ven en Bhubaneswar y en Khajuraho. Encima de un alto basamento moldurado y decorado con bajos relieves historiados, su planta evoca con frecuencia la cruz de Lorena, con múltiples brazos.
Se accede al templo por una amplia escalinata que da a un pórtico; luego se recorre sucesivamente, y al mismo nivel, un prevestíbulo (ardhamandapa) y luego un vestíbulo (mandapa), iluminado por ventanas que dan a los lados y provistas de balcones. Se penetra a continuación en una sala cuadrada llamada gran vestíbulo (mahamandapa o jagamohana), cuya techumbre suele ser piramidal (de tipo kadamba) y que da acceso, por una salita intermedia (antarala), al santuario propiamente dicho (garbhagrha). Un corredor permite realizar el rito de la circumambulación (pradaksina) alrededor de la sala y del santuario.

Templo Pattadakal en Karnataka. En 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Templo de Brhadisvara en Tanjore. Fue construido hacia el año 1000 a modo de fortaleza, para acoger a los fieles en caso de guerra o invasión. Su alto vimana, de 13 pisos y 72 metros de altura, acaba en una cúpula octogonal monolítica que debió de ser transportada no sin poca dificultad. Le preceden un vestíbulo abierto y una gran sala de reunión.

Templo de Vimala en el monte Abu. Construido en 1031 y dedicado a Adinath, en esta imagen se ve parte de la sala de las columnas.

El templo se convirtió en un imponente conjunto, ritmado por sus techumbres de alturas desiguales que domina ampliamente el sikhara del santuario. Los cuerpos de los diferentes edificios están adornados al exterior con personajes esculpidos en relieve muy acusado, hábilmente dispuestos en registros o cobijados en nichos más o menos profundos; su presencia anima las paredes con una vida palpitante gracias a las sombras y las luces, característica casi exclusiva de este estilo y que aumenta aún más su perfección. El interior está provisto igualmente de estatuas divinas y de techos muy hermosos, cuyos saledizos en superposición son utilizados para fines decorativos por medio de composiciones geométricas, las más bellas de las cuales se presentan bajo el aspecto de una cúpula con personajes radiantes. Los más bellos templos de este tipo son, en Bhubaneswar, el Lingaraja (primera mitad del siglo XI) -cuya torre culmina a unos 50 m del suelo- y, en Khajuraho, el Khandariya Mahadeva (de este mismo tiempo).

Planta del templo de Vimala, en el monte Abu.
Planta del templo de Vimala, en el monte Abu. 



Otra planta de la misma época se ve en Khajuraho (templos de Visvanatha, de Laksmana, etc.): sobre una terraza rectangular común están dispuestos al tresbolillo (pancayatana) el santuario en el centro y cuatro capillas en los ángulos. Dicho tipo traduce arquitectónicamente el tema tradicional de la residencia divina: el monte Meru, eje del Mundo, dotado de cinco cimas; tema que fue transmitido a los países del Sureste asiático donde dio lugar a grandiosas construcciones, entre las cuales la más notable es sin duda el templo de Angkor Vat, en el país Khmer ( Camboya, primera mitad del siglo XII).

Si se examina ahora el propio sikhara, se puede dibujar su evolución en sus líneas principales. Durante el período antiguo (siglos VII-IX), está compuesto de cornisas superpuestas que dan al conjunto un aspecto estriado horizontalmente que se acentúa en el curso de la evolución; en los ángulos alternan, en una superposición vertical, cornisas adornadas con el motivo procedente del tema de la ventana decorativa (gavaksa, en tamil: kudu) y con el almohadón aplanado y acuchillado (amalaka).

Cada cara del techo está dividida verticalmente en tres segmentos (triratha), de los que el del centro, que forma saliente, recibe siempre una decoración más densa que los otros dos y en cuya base se abre a veces un gran kudu formando frontón. Se pueden citar como ejemplos de Pattadakal, en particular los de Jambhulinga y de Papanatha (siglo VIII).

Ello es así hasta los siglos IX-X aproximadamente, momento de transición durante el que el sikhara llega a ser cada vez más elevado y se adorna sobre todo con motivos decorativos (templo de Muktesvara en Bhubaneswar, siglo X); los segmentos verticales sobre cada cara de la techumbre pasan de ser tres a cinco (pancaratha).

Ratha Dharmaraja, en Mahabalipuram. Santuario en forma de carro (ratha), que se construyó en el siglo VIl en esta zona. Este santuario de tres plantas está apoyado en figuras de leones y elefantes. Es una pirámide monolítica de base cuadrada rematada por una stupa.

El apogeo del sikhara se produjo en los siglos XI y XII; se caracteriza simultáneamente por su elevación mucho más atrevida y por la utilización decorativa, sobre el propio sikhara, de torres en reducción (anga sikhara), cuya disposición es variada según los tipos locales y según los siglos. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el sikhara sin torres en reducción persiste paralelamente, al par que gana en altura (templo de Parsvanatha en Khajuraho, por ejemplo). Se pueden enumerar tres modos principales de ordenar los anga sikhara sobre el techo (lo que no excluye un mayor número de variantes); en uno de los casos, bien ilustrado por el templo del Lingaraja en Bhubaneswar, están colocados en el interior del ángulo de cada una de las divisiones intermedias y se superponen de forma continua, decreciendo desde la base de la techumbre hasta la cúspide.

Una segunda categoría de techumbre curvilínea de este tipo tiene una abundante representación; los anga sikhara están dispuestos sobre el saliente central de cada cara; de reducido número en un primer momento (uno, después dos y tres), alcanzan el número de cuatro en las realizaciones de más envergadura y algunos anga sikhara más pequeños los encuadran en la base de la techumbre. Varios templos de Khajuraho (principalmente el Khandariya Mahadeva) son los mejores ejemplos de esta categoría; el sikhara central es más esbelto que en la categoría precedente y los anga sikhara parecen subir, por su progresión ascendente, al asalto hacia la cúspide de la torre principal. Este procedimiento confiere un sorprendente dinamismo al conjunto.

Templo de Mahabalipuram, cerca de Chennai. También conocido como las Siete Pagodas, fue construido entre los años 690 y 715 en estilo Pallava.

La tercera categoría, que parece un poco más tardía (siglo XII y siguientes), utiliza las reducciones de edificios de forma más sistemática, llenando con sus siluetas, regularmente alineadas en varios registros superpuestos, los intervalos que hay entre los salientes de cada cara (por ejemplo, entre muchos otros, el templo de Nilakhantesvara en Udaypur, Gwalior).

Templo de Brhadisvara, en Tanjore. Vista de la entrada principal al complejo, que tiene un vimana de 80 metros de altura. Fue construido por el rey chola Rajaraja entre 1003 y 1010. Está considerado el máximo exponente de la arquitectura chola.

Si bien el templo con sikhara se extendió bastante en todo el norte de la India en época medieval, también existieron otros tipos arquitectónicos. El ejemplo más notable es quizás el templo de Vimala en el Monte Abu (Rajputana), una de las más antiguas y completas muestras de la arquitectura jaina. Deplanta cruciforme, fue construido (1031) en mármol blanco sobre una plataforma igualmente cruciforme. El cuerpo central, coronado por una falsa cú- pula típica, está rodeado por un claustro hipóstilo con cúpulas. El centro es octogonal y descansa sobre ocho pilares unidos entre sí por arcos dentados (que vemos también en otras partes, sobre todo en el templo de Surya, en Modhera, Estado de Baroda, del siglo XI, y que quizás hayan sido influidos por la arquitectura indomusulmana); una cúpula circular 184 con un pinjante central y con radios en forma de personajes se despliega bajo la torre. Si bien el aspecto exterior de este edificio es relativamente sencillo, el recargamiento de esculturas sobre los pilares, los arcos y los techos es excesivo, e ilustra sin embargo un estilo típicamente medieval, cuyo gusto por el recargamiento volveremos a encontrar en ciertos estilos meridionales.


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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