Este
cuadro, de composición monumental, representa la epata de pintura
mítico-paisajista que desarrollo Böcklin hacia al final de su vida. La obra, de
colorido algo forzado, subraya una composición abigarrada y barroca que
sorprende, sin embargo, por su gran dinamismo.
(Kunstmuseum, Basilea)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.