Al indagar por la relación entre
el Pop art y el sistema social
estadounidense, es útil comprobar que los objetos incorporados a las obras Pop
por Rauschenberg o Jasper Johns parecen el resultado de una manipulación
instintiva de la realidad: las ilustraciones de "cómics" de
Lichtenstein, las imágenes publicitarias de Rosenquist, las réplicas de objetos
industriales de Oldenburg, las fotografías tomadas de la prensa de Warhol adquieren un sentido ambiguo. No se sabe claramente si son cosas, recuerdos o
fantasmas. Son imágenes cool, frías,
de las que toda sátira política o social está ausente.
La frecuencia con la que aparecen
rostros humanos en el Pop art puede
ser contrapuesta a la frecuente utilización de máscaras en las sociedades
fuertemente jerarquizadas, como ha indicado Osear Masotta. Los rostros Pop
parecen lo contrario de las máscaras y es evidente que no reflejan ninguna
sociedad democrática y no Jerarquizada. La ley de la sociedad estadounidense es
la lucha por la jerarquía, la competencia de intereses, la búsqueda del estatus
más elevado.
La diferencia entre el rostro Pop
y la máscara se explica porque las culturas de máscaras pertenecen a sociedades
fuertemente jerarquizadas que son capaces de darse instituciones como la
máscara, a través de la cual comentan la estructura social. Otras sociedades,
en cambio, no tienen conciencia de su estructura social. El Pop art, con sus rostros ambiguos y sus
imágenes coa/, es el reflejo y quizás el comentario irónico de esa ignorancia.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.