Corriente
artística que se desarrolló en Europa a fines del s. XIX y que, partiendo del
impresionismo, pretendió superar sus limitaciones. El término fue inventado por
Roger Fry y divulgado por Clive Bell para designar la pintura expuesta en las
Galerías Grafton de Londres (1910 y 1911), obra, entre otros, de Van Gogh, Gauguin, Cézanne, Seurat y Picasso. Significaba una reacción contra el arte
relativamente blando del impresionismo y una exaltación de la pintura bien
construida.
La mayoría de los pintores que
integraron el movimiento -Paul Cézanne, Georges Seurat, Paul Gauguin, Vincent
van Gogh y Henri de Toulouse-Lautrec- iniciaron su actividad dentro del
movimiento impresionista, pero lo abandonaron para desarrollar un estilo más
personal. Los postimpresionistas pretendían ir más allá de los efectos de luz y
color que el impresionismo buscaba reproducir en la tela, para explorar las posibilidades
expresivas y formales de la pintura. Expusieron juntos en algunas ocasiones,
pero no llegaron a formar un grupo coherente como los componentes del
movimiento antecesor. Cézanne trabajó aislado en el sur de Francia y se centró
en la investigación de soluciones formales para superar la descomposición de la
forma que se estaba dando en la pintura impresionista; Gauguin se estableció en
la Polinesia y defendió la necesidad de abandonar el naturalismo; Seurat se
interesó por la investigación científica del color y elaboró un nuevo método
pictórico -el divisionismo-, que daría lugar al movimiento denominado
neoimpresionismo; Van Gogh adaptó las técnicas impresionistas a su necesidad de
expresar emociones subjetivas, y Toulouse Lautrec desarrolló un estilo
sintético, muy influido por las técnicas publicitarias y la elaboración de
carteles.
La importancia del
postimpresionismo radica en que fue el movimiento que hizo de puente entre el
naturalismo decimonónico y los movimientos que en la primera década del s. XX
rompieron con la representación de la naturaleza, como el fauvismo, el
expresionismo y el cubismo.
Cézanne realizó el cuadro entre los años 1898 y 1905. El de las bañistas es un tema en el que Cézanne trabajó a menudo y Les Grandes Baigneuses representa, quizás, el conjunto de las expectativas pictóricas del artista, y es considerada su obra emblemática. En ella, el artista recupera uno de los grandes temas mitológicos y clásicos de la pintura de los siglos XVII y XVIII para despojarlo de toda alegoría a través de su técnica.
Fuente: Historia del Arte. Editorial
Salvat.
Artistas del Posimpresionismo