Casi contemporáneo de Reynolds
fue otro gran pintor inglés que tuvo una existencia en cierto modo paralela a la de Sir Josuah y como
él fue también un gran retratista, pero que no se dedicó exclusivamente al
retrato, sino que había iniciado su carrera artística más bien como pintor de
paisajes. Este pintor fue Thomas Gainsborough (1727-1788), también nacido en el
seno de una familia de la clase media, ya que nació en Sudbury (Suffolk), hijo
de un comerciante en lanas. Era el más joven de una familia de nueve hijos, y
su afición por tomar apuntes del paisaje que rodeaba su casa familiar decidió a
su padre a enviarle a Londres para que aprendiera el arte del grabado con el
ilustrador francés Hubert Gravelot, establecido a la sazón en la capital
inglesa. Después continuó sus estudios en una academia particular de St.
Martin's Lane. En 1745, de vuelta a su población natal, casó con Margaret Burr,
hermana de un comisionista de su padre, y a los veinte años estableció su propio
hogar en Ipswich, alternando su profesión de pintor con la gran afición que
sentía por la música.
⇨ Lady Howe de Thomas Gainsborough (The London County Council, Kenwood, Londres). La dama está representada con el traje que en aquella época usaban las damas para salir al campo. La misma brisa ligera que agita el fino delantal de muselina y el traje rosa parece acariciar los árboles del delicado paisaJe del fondo. Se trata de uno de los retratos más atractivos de la pintura del siglo XVIII.
En 1759 se trasladó a vivir a la ciudad balnearia de Bath, gran centro de la vida elegante, y allí, brilló, por fin, su buena estrella. Su estudio fue en seguida muy frecuentado por encumbrados clientes, en cuyas casas Gainsborough pudo admirar obras maestras de autores que hasta entonces sólo conocía a través de reproducciones grabadas, y así, también en él creció la admiración por Van Dyck.
En 1759 se trasladó a vivir a la ciudad balnearia de Bath, gran centro de la vida elegante, y allí, brilló, por fin, su buena estrella. Su estudio fue en seguida muy frecuentado por encumbrados clientes, en cuyas casas Gainsborough pudo admirar obras maestras de autores que hasta entonces sólo conocía a través de reproducciones grabadas, y así, también en él creció la admiración por Van Dyck.
Poco después de su llegada a Bath
pintó uno de los retratos más atractivos de la escuela pictórica inglesa y
quizá de toda la pintura europea del siglo XVIII: el retrato de Lady Howe. Solamente en Watteau
se puede encontrar una sensibilidad más aguda y más poética. La posición de la
dama y el fondo de paisa je recuerdan algo la influencia de Van Dyck, pero los
tonos claros de esta obra y el ligero toque de pincel, propio de Gainsborough,
la diferencian profundamente de los retratos del gran maestro del siglo
anterior.
Retrato de las hijas del pintor de Thomas Gainsborough (Victoria and Albert Museum, Londres). En esta obra el pintor emplea unas tonalidades tiernas y un tipo de pincelada ligero y vaporoso, que parecen anunciar la pintura de Renoir.
Musidora de Thomas Gainsborough (Tate Gallery, Londres). El artista logra que la figura femenina aparezca impregnada de una sensualidad discreta y misteriosa, y de aquella gracia sin problemas y sin inquietudes que tanto gustaba al siglo XVIII. Musidora fue una actriz y realizadora teatral y cinematográfica de comienzos del siglo XX.
En 1774 fijó su domicilio en la ciudad de Londres, y al cabo de pocos meses era llamado a palacio. No menos de ocho retratos realizó de Jorge III -porque los soberanos ingleses de aquella época tenían la misma manía que sus súbditos por hacerse retratar-, y pintó también a la reina y a otros miembros de la real familia, así como a varios personajes de la política, la intelectualidad y el teatro. También él retrató ala misma Mrs.
Siddons que había retratado Reynolds. Al crearse, en 1768, la Royal
Academy , fue uno de sus 36 miembros fundadores, y desde
entonces envió cuadros a las exposiciones anuales que la entidad celebraba;
hasta que, en 1783, por disconformidad con la forma cómo habían sido colocados
los cuadros que había mandado para ser exhibidos, los retiró, y ya no volvió a
tomar parte en aquellas exposiciones.
En 1774 fijó su domicilio en la ciudad de Londres, y al cabo de pocos meses era llamado a palacio. No menos de ocho retratos realizó de Jorge III -porque los soberanos ingleses de aquella época tenían la misma manía que sus súbditos por hacerse retratar-, y pintó también a la reina y a otros miembros de la real familia, así como a varios personajes de la política, la intelectualidad y el teatro. También él retrató a
A su muerte fue enterrado en Kew.
He aquí algo de lo que pronunció Reynolds en tal ocasión. Son palabras que le
honran y que demuestran que Sir Josuah era hombre clarividente: "Si algún
día Inglaterra llega a ser tan fecunda en talentos, que podamos atrevernos a
hablar de una escuela inglesa, el nombre de Gainsborough pasará entonces a la
posteridad, como uno de los primeros de esta escuela".
Carreta del Mercado (The Market Cart) de Thomas Gainsborough (Tate Gallery, Londres). Pese a su éxito social como retratista, la pasión real de Gainsborough siempre fue la pintura de paisaje. En esta obra de 1786, la calidez de la atmósfera y la poesía irreal de la escena demuestran que el sentido moderno del paisaje fue la gran invención de los pintores ingleses del siglo XVIII.
Siempre prefirió situar a sus
personajes en ambientes naturales, que en Londres sabía evocar a la perfección,
basándose en el recuerdo de los paisajes que pintara en su juventud. El
retrato, en Londres, le había alejado de su género favorito, y en una ocasión,
parece ser que exclamó: "Me piden retratos, y no soy más que
paisajista". A veces, se complacía tomando apuntes en el parque urbano del
Pall Mall, en las cercanías de su
casa, con los grupos de paseantes.
Paisaje rocoso con Agar e Ismael de Thomas Gainsborough (National Museum and Gallery of Wales, Cardiff). Uno de los temas pintados por este artista fue el bíblico. Aquí se representa a Agar, la esclava egipcia de Abraham junto a su hijo Ismael habido con el patriarca, en su destierro tras ser expulsados por aquél.
Gainsborough llevó una vida algo
triste; una de sus dos hijas era deficiente mental, y el pintor llevaba en el
alma el peso de tal desgracia.
La obra de Gainsborough como
paisajista tuvo, sin duda, tanto valor como la de sus retratos, si no más. Fue
el verdadero creador del paisaje inglés que Constable llevaría a una
importancia que tuvo trascendencia europea.
Antes de él, la pintura inglesa
de paisaje estaba en ciernes. Se había iniciado con las vistas londinenses de
Samuel Scott, de imitación italiana (algo semejante a lo de Canaletto),
y con los paisajes de Richard Wilson (1714-1782), quien en los seis años que
pasó en Italia se había contagiado de las dulzuras pictóricas de Zuccarelli,
antes de realizar paisajes más personales, como el que reproduce la puntiaguda cumbre
del Cader Idris, con su pequeño estanque circular. Gainsborough, en cambio,
tuvo del paisaje una versión personal y amplia, compleja, profundamente
"poética". Así se revela, por ejemplo, en el lienzo de su juventud
titulado Return from the Market, o
simplemente The Market Cart, cuyo
único elemento humano es el carruaje de un campesino que regresa de sus ventas
y compras.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.