Renacimiento. Cinquecento. Manierismo.
Parmigianino, Francesco Mazzola, llamado il (Parma, 11 de enero de 1503- Casalmaggiore, 24 de agosto de 1540) Pintor italiano.
Ejerció gran influencia en las escuelas florentina y veneciana y en la francesa de Fontainebleau. Su pintura, manierista, se caracteriza por la elegancia y la gracia de sus figuras. Se formó con Correggio, quien trabajó en Parma en 1518; sus obras juveniles más notables datan de 1521. En Roma trabajó para Clemente VII (1523) y el mismo año pintó la Sagrada Familia (Uffizi, Florencia), obra influida por el manierismo rafaelesco. Se trasladó a Bolonia, donde realizó, para la Capilla Gamba de San Petronio, la Virgen con el Niño y santos (Pinacoteca de Bolonia). En 1531 pintó, en el castillo de Fontanellato, un fresco con escenas mitológicas (Diana y Acteón), en 1534 la Virgen del cuello largo y un año más tarde Cupido (Viena); poco antes de morir pintó para la iglesia de San Esteban un retablo con San Esteban y San Juan Bautista.
Después de unos principios bajo la influencia de Rafael y de Correggio (visibles en las preciosas figuras desnudas que pintó hacia 1524 en los muros del castillo de Fontanellata, cerca de Parma, con la Historia de Diana y Acteón), se dirige a Roma.
Allí conoce la obra de Miguel Ángel, de la que toma su "figura serpentinata" y la desarrolla en busca de la máxima gracia y elegancia. Esto es visible en su Virgen con el Niño y Santos (Gallería degli Uffizi) y, sobre todo, en su célebre Madonna del collo lungo, pintada hacia el final de su vida y que quedó inacabada. En esta tela famosa, las líneas alargadas y sinuosas, en busca de la forma pura, rayan en la abstracción. En el fondo del cuadro, una columna, sobre la que resbala la luz, da una imagen concreta del sentido de la forma perfecta que ha dirigido la mano del pintor al trazar el largo cuello de la Virgen, los óvalos perfectos de los rostros y la pierna desnuda del ángel.
Después de unos principios bajo la influencia de Rafael y de Correggio (visibles en las preciosas figuras desnudas que pintó hacia 1524 en los muros del castillo de Fontanellata, cerca de Parma, con la Historia de Diana y Acteón), se dirige a Roma.
Allí conoce la obra de Miguel Ángel, de la que toma su "figura serpentinata" y la desarrolla en busca de la máxima gracia y elegancia. Esto es visible en su Virgen con el Niño y Santos (Gallería degli Uffizi) y, sobre todo, en su célebre Madonna del collo lungo, pintada hacia el final de su vida y que quedó inacabada. En esta tela famosa, las líneas alargadas y sinuosas, en busca de la forma pura, rayan en la abstracción. En el fondo del cuadro, una columna, sobre la que resbala la luz, da una imagen concreta del sentido de la forma perfecta que ha dirigido la mano del pintor al trazar el largo cuello de la Virgen, los óvalos perfectos de los rostros y la pierna desnuda del ángel.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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