Boucher, François (París, 29 de septiembre de 1703 - 30 de mayo de 1770) Pintor y grabador francés. Es un típico representante del rococó. Su estilo ejerció gran influencia en la corte de Luis XV, y fue el pintor favorito de la Pompadour. Cultivó preferentemente el desnudo femenino, en temas mitológicos: Triunfo de Venus (1740), Diana saliendo del baño (1742).
La pintura sensual de Boucher
El rapto de Europa de François Boucher (Musée du Louvre, París). Realizado en 1747, el autor representa en este cuadro un episodio clásico de la mitología griega, recogido por Ovidio en su Metamorfosis: el rapto de la hija del rey de Fenicia, Agenor, por Zeus transformado en un toro blanco. Como se puede observar, no faltan las volutas y los querubines desplegando un arco de triunfo.
La pintura sensual de Boucher
En franco contraste con la obra de Watteau se manifiesta la pintura de François Boucher (1703-1770), artista formado en la Academia e imbuido plenamente del espíritu ligero del mundo rococó. Quizá sean la cara y la cruz de la misma moneda; Boucher es el perfecto anfitrión para una fiesta, el que siempre ríe y sabe alegrar las conversaciones, mientras que, por su parte, Watteau nos recuerda que, antes o después, se debe regresar a una realidad no siempre agradable. Boucher fue profesor de pintura de la Pompadour y dirigió la manufactura de tapices de Beauvais y además llegó a ser primer pintor del rey.
Sobresalió por su actividad de decorador, y el estudio de la pintura decorativa (de la que hizo bella aplicación en el Hôtel de Soubise, en París, y en Fontainebleau) le llevó a Roma, donde residió entre 1727 y 1731.
Su arte se apoya abiertamente en temas sensuales, muy propios del rococó. En 1733, de regreso de Roma, se casó, y puede decirse que entonces empieza su brillante carrera, relacionada con los devaneos del rey. Su estilo revela entonces una visión clara del mundo, al menos tal como él debía desear que fuese: un jardín poblado de ninfas. Protegido por la favorita de Luis XV, en varias ocasiones fue la misma marquesa de Pompadour quien le sugirió los asuntos amorosos (o por mejor decir, eróticos) de sus cuadros, a que la habilidad de Boucher, como dibujante estudioso del desnudo femenino, tanto se prestaba. Boucher pintó los más bellos y juveniles cuerpos de mujer imaginables: Psiquis conducida por el Céfiro al palacio del Amor, el Baño de Diana, etc. En esos cuadros y plafones hay una auténtica sinceridad que los hace estimables.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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