Reynolds, Joshua (Piympton, St. Maurice, Devonshire, 16 de julio de 1723 - Londres, 23 de febrero de 1792) Pintor británico. A los 20 años era ya famoso en Devon, su ciudad natal, como retratista. En 1749 pasó a Italia, donde residió tres años. De regreso a Londres hizo los retratos del duque de Devonshire y de Keppel y pronto se convirtió en el retratista de moda. En 1768 fue nombrado presidente de la recién fundada Real Academia de Arte y en 1784 pasó a ser primer pintor del rey. En este último período de su vida se interesó más por las actividades didácticas. Su pintura, tan celebrada en su época, ha sido acusada posteriormente de literaria, superficial y demasiado preocupada por las exigencias de su público. Sus teorías sobre el "gran estilo" como resultante de un eclecticismo de las tendencias pictóricas italianas de los ss. XVI y XVII se reflejan en su obra, que puede clasificarse en retrato histórico (Lady Carofine Keppel, 1757), retrato heroico (Captain Robert Orme, 1756), retrato alegórico (Lady Anne Fermor como Diana, 1753; Kitty Fisher como Cleopatra, 1759), retrato variación del tema de la Virgen y el Niño (Lady Cathcart y su hija, 1755), retratos de mujeres y niños sin referencia a temas religiosos o históricos (Lady Mary Bruce, 1765; La edad de la inocencia, 1788), retratos de abogados, prelados, hombres de letras, etc. (Horace Walpole, 1756), retratos de grupo (Hijos de Edward Holden, 1763), retratos sobre un paisaje (Catherine Moore, 1777). Su obra teórica más importante son los Discourses, discursos anuales que pronunciaba como presidente de la Real Academia.
Hijo de un maestro de escuela, logró dotar a la pintura de su patria de un modo de expresión completamente inglés, aunque basado en la experiencia acumulada durante siglos en las más brillantes escuelas. Extrajo mucho más provechosas lecciones del arte de Hogarth que del propio profesor con quien se había formado, un oscuro pintor, Thomas Hudson, y protegido por varios amigos ricos, embarcó para Italia, donde permaneció tres años. Así, pudo conocer bien al Tiziano, a Rafael, a los maestros de la escuela de Bolonia, y además a Miguel Ángel, que fue su ídolo. Al final de su vida, colmado de honores, cuando tuvo que despedirse de la presidencia de la Royal Academy, quiso que el último nombre que pronunciara en aquella institución fundada a instigación suya (y que tan largamente había presidido), fuese el del gran genio toscano: "Siento una especie de admiración de mí mismo -dijo-, al saberme capaz de percibir aquellas sensaciones que Miguel Ángel se proponía despertar con sus pinturas. No sin vanidad, pues, expreso mi admiración por aquel artista realmente divino".
La edad de la inocencia de Joshua Reynolds (Tate Gallery, Londres). El enorme prestigio de que gozó en vida este artista no le impidió realizar -aparte de sus retratos enfáticos y aparatosos- algunos cuadros, cuyo tema le interesaba por motivos puramente personales. Así, sus escasos desnudos y sus retratos infantiles están impregnados de sentimentalismo como esta obra.
Bernard, Émile (Lille el 28 de abril de 1868 - París, el 15 de abril de 1941) Pintor y escritor francés. Enunció junto con Paul Gauguin (1848-1903) y Louis Anquetin (1861-1932), los principios del cloisonnisme, planteamiento estilístico desarrollado dentro del postimpresionismo y practicado por la escuela de Pont-Aven y el grupo artístico conocido como Nabis.
Hijo de un comerciante de tejidos, desde joven manifestó un profundo interés por las artes plásticas lo que se convirtió en la causa de las difíciles relaciones con su familia, que había decidido que continuase con el negocio familiar. A la edad de diez años Bernard se trasladó con su familia a París y, pese a la oposición familiar, se matriculó en la Escuela de Artes Decorativas. Continuó sus estudios de dibujo y pintura en 1884 en el Estudio Cormon, en aquel momento uno de los centros docentes artísticos más abiertos a las nuevas tendencias plásticas junto con la Academia Julien. Durante su paso por el taller de Fernand Cormon, Bernard trabó amistad con Louis Anquetin y Henri Toulouse-Lautrec. Durante el invierno de ese año también conoció a Vincent Van Gogh en la galería de Julien-François Tanguy, donde pudo contemplar obras de Paul Cézanne. Durante su estancia en el taller de Cormon pintó numerosas vistas de Asnières, suburbio parisino donde residían sus padres, en las que se aprecia su gusto por la experimentación, en la línea de las innovaciones impresionistas y puntillistas que dominaban el ambiente artístico del París del último cuarto del siglo XIX. Su búsqueda de soluciones estilísticas nuevas le llevó a continuas discusiones con Fernand Cormon, lo que provocó su expulsión del taller al año siguiente de su entrada. En 1885 viajó por Normandía y por Bretaña y durante una estancia en Concarneau conoció al pintor Claude-Emile Schuffenecker y posteriormente en Pont-Aven, a Paul Gauguin.
Si bien su amistad con Schuffenecker duró el resto de sus vidas, fue más importante para el desarrollo de su obra su relación Gauguin. De hecho, entre 1988 y 1891 participó activamente con el grupo de Pont-Aven, que se estableció en el pueblo de la Bretaña francesa alrededor de la figura de Gauguin, entre los que se encontraban Laval, Anquetin, Sérusier, de Haan, de Chamaillard, Rey, Maufra y Willumsen, practicó un estilo artístico dentro del ambiente postimpresionista, cuyos principios estilísticos y teóricos resumieron bajo el nombre de cloisonnisme. El principio básico de éste consistía en la compartimentación de la superficie pictórica en áreas cromáticas definidas por contornos de grueso trazo y rellenas con colores puros. El término procede de la técnica propia del los esmaltes conocida por cloisonné, que junto con la técnica de los vitrales y la estampas japonesas influyó decisivamente en la formulación plástica de las obras de la escuela de Pont-Aven. Su ruptura con el realismo naturalista y aproximación al Simbolismo, su voluntad primitivista y la violencia expresiva en el uso del color fueron las principales características del movimiento conformado en torno a la figura de Gauguin. El 8 de junio de 1889 participó en la muestra celebrada en el Café Volpini, situada junto a la Exposición Universal de París, que llevó por título "Pinturas del grupo impresionista y sintetista" en la que exhibió su obra junto a Augustin, Gauguin, Laval y Schuffnecker. Debido a sus frecuentes discusiones con Gauguin y Anquetin sobre la paternidad del cloisonnisme Bernard abandonó el grupo en 1891, un año antes de su disolución.
Tras una exposición en el Salón de los Independientes de 1891, Bernard dedicó el año siguiente a preparar la primera exposición antológica dedicada a Vincent Van Gogh que había fallecido en 1890. Tras la celebración de la muestra, abandonó París en 1893 y se dedicó a viajar: su primer destino fue Italia, desde allí se embarcó rumbo a Oriente y se estableció en El Cairo. Después viajó por España (1896) y Venecia (1901-1903). En 1904 regresó a la capital francesa, donde había expuesto de forma individual en 1901. Tras su regreso se multiplicaron las exposiciones individuales celebradas tanto en Francia como en el extranjero: en 1905 expuso en la galería del marchante alemán Paul Cassirer (1871-1926), en Berlín y en 1908 en el Kunstverein de Múnich.
Su contribución al desarrollo de las nuevas tendencias plásticas surgidas del postimpresionismo no sólo se circunscribe a su producción artística, su producción teórica adquirió especial importancia especialmente tras su encuentro con Paul Cézanne. La correspondencia entre ambos fue tan intensa como importante; prueba de ello fue la carta en la que Cézanne le describió el tratamiento de la naturaleza por medio de figuras geométricas elementales -cilindro, esfera y cono-, que supuso su manifiesto teórico del maestro francés. Su preocupación por las discusiones de carácter teórico con las que el fecundo ambiente experimental postimpresionista agitó la escena artística parisina, le llevaron a colaborar en la edición de la revista La Rénovation Esthétique ('La Renovación Estética'), cuyo primer número fue publicado en 1905.
A partir de la segunda década del siglo XX y hasta su fallecimiento, su obra comenzó a tratar temas de profundo carácter religioso, algo inédito en su producción anterior, inspirándose en la pintura italiana del Renacimiento. Entre sus lienzos destacan las obras La Magdalena en el bosque del amor (1888, Museo de Orsay, París); Mujer bretona en el pajar (1890, Museo de la Fundación Ackland, Carolina del Norte); La crucifixión (1899)y Muchacha en la colina (1904), ambos conservados en el Museo de Bellas Artes de San Francisco; Estudio de bretones (1889-90, Museo de Bellas Artes de Quimper); Cosecha en Pont-Aven (1888, colección Jossefowitz, Suiza) y Músicos españoles (1897, colección privada, París).
Rembrandt, Harmensz van Rijn o Rhijn, llamado (Leiden, 15 de julio de 1606 - Amsterdam, 4 de octubre de 1669) Pintor, dibujante y grabador holandés.
Es uno de los máximos exponentes de la pintura europea del s. XVII. Tras casi un año de estudios en la universidad de Leyden, su ciudad natal, su padre, un molinero, ante su vocación por la pintura, le llevó al taller de un oscuro pintor local, y más tarde le envió a Amsterdam, al estudio de Pieter Lastman, un destacado pintor que había estado en Italia y conocía el claroscurismo de Caravaggio y también el del alemán Elsheimer. Al cabo de seis meses, Rembrandt regresó a Leyden (1625) y abrió su propio taller.
Comenzó por pintar escenas de la Biblia y asuntos históricos de estilo tradicional (La lapidación de San Esteban, 1625, Museo de Lyon; San Pablo en prisión, 1627, Museo de Stuttgart; La clemencia de Tito, 1626, Museo de Leyden), obras en las que se percibe la influencia del claroscurismo de Lastman. Tras la muerte de su padre (1630), Rembrandt se trasladó definitivamente a Amsterdam (1632) y comenzó a ser reconocido como un excelente retratista. Se casó con Saskia van Uylenburgh, hija de un comerciante en obras de arte, e inició la época de sus mayores éxitos (1632-36). Entre ellos hay que destacar La lección de anatomía del Dr. Tulp (1632, Museo de La Haya), Saskia como Flora (1634, Museo del Ermitage, San Petersburgo), Saskia con sombrero (1634, Museo de Kassel), Saskia con velo (1635, Galería Nacional de Washington) y Tobías curado por su hijo (1636, Galería del Estado, Stuttgart), así como numerosos autorretratos en los que aparece con aire juvenil y alegre (Galería de los Uffizi, Kassel, Berlín, Louvre). A partir de 1636 comenzó a interesarse por el paisaje (Paisaje con un puente de piedra, 1636; Rijksmuseum, Amsterdam), por el cielo tormentoso y los huidizos rayos de sol. El cuadro que centra la evolución del período comprendido entre 1636 y 1642 es Ronda de noche (1642, Rijksmuseum), tal vez su obra cumbre, que, sin embargo, no fue comprendida por sus coetáneos, que no supieron apreciar la dinámica disposición de sus múltiples personajes, ni los magníficos y dramáticos efectos de luz y color.
Coincidiendo con la muerte de Saskia, en 1642, el número de encargos disminuyó y su economía sufrió graves quebrantos que culminaron en la bancarrota total y la venta de muchas de las obras de arte que había ido acumulando. En esa época el pintor hizo numerosos retratos de los miembros de su familia, especialmente de Hendrickje, que había pasado a cuidar de su casa y de su hijo, Titus, y que se constituyó en compañera fiel del pintor hasta su muerte y en protagonista de muchas de sus mejores obras de este período de madurez: Hendrickje en el lecho (Galería Nacional de Edimburgo), Betsabé con la carta de David (1654, Louvre), y probablemente de Muchacha que se baña en un riachuelo (1655, Galería Nacional de Londres).
Los temas bíblicos son tratados por Rembrandt con una mentalidad perfectamente adecuada al protestantismo triunfante en los Países Bajos: La Sagrada Familia de la cortina (1646, Gemaldegalerie, Kassel), Cristo y la adultera (1644, Galería Nacional de Londres), José y la mujer de Putifar (1656, Museo de Berlín). Le atraía especialmente la infancia de Jesús (Adoración de los pastores, 1646, Galería Nacional de Londres).
Entre los desnudos cabe destacar, por ser el más monumental e italianizante, el de Betsabé (1654; Louvre). En los retratos se concentró cada vez más en el estudio del rostro y las manos, y se adentró en la psicología de los personajes. Destacan los autorretratos, en los que se perciben los avatares de su vida (museos de Boston, Viena, col. Frick de Nueva York, Galería Nacional de Washington, etc.).
Otras obras importantes de este período son: Toro despellejado (1655, Louvre), Los síndicos del gremio de los pañeros (1665, Rijksmusuem), El juramento de los bátavos (1662, Museo de Estocolmo), La novia judía (h. 1665, Rijksmuseum) y El hijo pródigo (1667, Ermitage, San Petersburgo). Como géneros independientes el artista cultivó el dibujo y el grabado, en los que alcanzó grandes logros expresivos. Realizó unos 1 .400 dibujos y alrededor de 400 grabados. Rembrandt fue el primer pintor holandés que rompió la influencia de la pintura italiana en los Países Bajos, si bien sus contemporáneos no llegaron a comprenderle y su arte no fue plenamente valorado hasta el s. XIX.
Rembrandt, un gran retratista
En el siglo XVII la pintura holandesa no tiene más que un tema: los Países Bajos; es decir, sus ciudades y sus ciudadanos, sus campos, sus sociedades de tiro ... Esta pintura tiene una vida puramente local: se pintan flores para el dormitorio del burgomaestre, escenas de calle para el abogado, el retrato del pastor. Los artistas más célebres de la época tomaron parte en este análisis general de sí mismo hecho por todo un pueblo: Frans Hals pintó los banquetes de las sociedades cívicas; Vermeer, la casa. Rembrandt fue el autor de una Lección de anatomía, de una Ronda de milicianos, de un Retrato de grupo de los síndicos de los pañeros. Él, como los demás, cumplió perfectamente con la función de pintor, tal como era concebida en su país.
⇨ Retrato de María Trip de Rembrandt (Rijksmuseum, Amsterdam). Obra que refleja un prototipo de dama holandesa que perteneció a la rica burguesía del siglo XVII. Rembrandt se recreó evidentemente en la costosa blonda y en las perlas auténticas. La aplastante seguridad de esos ojos demasiado abiertos que en su encanto no sugieren ni el misterio ni la dorada fantasía de aquellos otros personajes de Rembrandt, protagonistas de sus relatos bíblicos. No se conoce la biografía de María Trip, pero por su retrato se diría que fue una mujer que tuvo en la vida pocas dudas. Si se distingue de los otros es por su genio. Rembrandt fue el único de los artistas de su tiempo que abordó diferentes temas, el único también que expresó una inquietud metafísica profunda; el único en haber pintado y grabado, ¡con qué sensualidad!, desnudos, el único en haber tratado los mitos que ocupaban a los pintores de otros países, en particular a los tan cercanos flamencos.
En realidad, los museos holandeses no muestran claramente que Rembrandt tuviera maestros y discípulos. La pintura holandesa no fue sólo un inventario poético de los bienes de ese mundo metódicamente conducido al amparo de las influencias extranjeras. Fue una pintura con profunda originalidad y su difusión tuvo una importancia universal: el paisaje salvaje de la escuela de Barbizon tuvo su inicio en Holanda y en Ruysdael.