Dirección:
Plaza El Tahir. El Cairo -
11557
Tel: (+20) 5796 948
Interior del Museo Egipcio
de El Cairo.
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Desde la campaña militar de
Napoleón en Egipto, el interés europeo por éste se iba despertando hasta
convertirse en una auténtica manía por lo faraónico y lo antiguo.
Durante los primeros años del siglo XIX, los
cónsules europeos y los buscadores de tesoros exploraban todo el país, algunos
en busca de reliquias y monumentos y otros en busca de oro y preciados tesoros.
En 1835 se fundó el "Servicio de
Antigüedades de Egipto" para proteger los monumentos y los tesoros del
país de la codicia local y extranjera. Al principio, las piezas encontradas se
guardaban en un edificio pequeño cerca de la zona de la actual Azbakia, en el
centro de El Cairo y más tarde en la ciudadela de Saladino.
En 1858, Auguste Mariette preparó otro
museo, en el barrio de Boulaq, que más tarde se perdió por una inundación del
Nilo.
En 1878, el contenido del museo de Boulaq se
trasladó al palacio de Giza del Gobernador Ismael Pasha, el gobernador del
país, y la colección permaneció en esta locación hasta que el actual museo fue
inaugurado en 1902.
Fachada del Museo Egipcio de
El Cairo.
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El edificio donde funciona
el museo fue diseñado por el arquitecto francés, Marcel Dourgrion en estilo
neoclásico, pensando que sería el más adecuado para su contenido. Dos de las
plantas de la construcción están dedicadas a la exposición al público y aulas
de estudios, en las cuales se exhiben más de 120.000 piezas de las distintas
épocas del Antiguo Egipto, ordenadas cronológicamente.
Dentro de la colección del museo destacan
las momias de algunos faraones de las dinastías XVIII hasta la XX, halladas en
Tebas, cuyo primer grupo fue encontrado en el escondite de Deir el-Bahari y
estaba compuesto por las momias de: Seqenenre, Ahmose I, Amenhotep I, Tuthmosis
I, Tuthmosis II, Tuthmosis III, Seti I, Ramsés II, Ramsés III. El segundo grupo
fue encontrado en la tumba de Amenhotep II: Amenhotep II, Tuthmosis IV,
Amenhotep III, Merenptah,
Seti II, Siptah, Ramsés IV. Ramsés V, Ramsés VI, (incluyendo 3 mujeres y I
niño).
Las joyas egipcias son uno de los tesoros
más fascinantes de la antigüedad. La elegancia de las joyas aparece
tempranamente en Egipto y llega a un alto nivel de profesionalismo a partir de
la I Dinastía. Se aprecia una cierta inquietud en crear una combinación de
formas y colores, utilizando el oro y las piedras semipreciosas.
La riqueza de las esculturas egipcias,
realmente apreciable a través del conocimiento de su significación, es
esencialmente religiosa. Realizadas para perpetuar la situación de eternidad,
eran situadas en templos o tumbas. Aunque el arte egipcio ofrezca una aparente
rigidez hay una real inclinación hacia un estudiado idealismo desarrollado a
través de las décadas.
Fuente: Texto extraído de
Historia del Arte. Editorial Salvat.