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Fernando Botero (1932)



Botero, Fernando (Medellín, 19 de abril de 1932) Dibujante, pintor y escultor colombiano, el más importante artista colombiano de las últimas décadas, nacido en la ciudad de Medellín el 19 de abril de 1932.

Biografía

Aparte de los breves estudios realizados en la Academia de San Fernando de Madrid y luego en la de San Marcos en Florencia, hay que señalar que Fernando Botero es un autodidacto. Desarrolló un estilo personal: figurativo y realista. Empezó a los dieciséis años como dibujante del suplemento literario del periódico El Colombiano, cuando aún cursaba sus estudios en el colegio. A los dieciocho años, Botero fue expulsado del colegio de los jesuitas donde estudiaba bachillerato por haber publicado un artículo titulado Picasso y el no conformismo en el Arte. En 1951, realizó su primera exposición individual en Bogotá. Con el dinero allí recaudado, se estableció luego en Tolú. Después de participar en el IX Salón de Artistas Colombianos (Bogotá, 1952), donde obtuvo el segundo premio con su cuadro Frente al mar, y tras realizar dos exposiciones de sus obras en Santafé de Bogotá, a los 20 años viajó a Europa (Barcelona, Madrid, París, Florencia).

Ingresó en la Academia de San Fernando y trabajó durante un año en el Museo del Prado. Cuando volvió a su país, repitió sus éxitos en las exposiciones: en 1957, consiguió el segundo premio en pintura del X Salón de Artistas Colombianos, con su óleo Contrapunto; en 1958, primer premio en el XI Salón Nacional con el óleo La Camera degli Sposi. Aunque desde 1960 reside en el extranjero (doce años en Nueva York y luego en París e Italia), se siente el más colombiano de los artistas colombianos. Algunos de sus cuadros más famosos son: La comida con Ingres y Piero della Francesca (1972), Obispos muertos (1965), Dictador tomando chocolate (1969), Familia con animales colombianos (1970), Toro muriendo (1985), Muerte de Ramón Torres (1986), La Mona Lisa de doce años, Sillón con mandolina, El niño de Vallecas, Los músicos (1979), La madre priora (1980), La casa de los gemelos Arias y La apoteosis de Ramón Hoyos.

A partir de 1976, Botero se dedicó a la escultura. Su primera exposición como escultor tuvo lugar en el Gran Palais de París en 1977, con trece esculturas. Luego, en 1978, el artista presentó una serie de 32 obras en la Galería Brusberg de Hannover. La calidad de sus esculturas se hace más manifiesta cuando agiganta un fragmento del cuerpo humano o lleva al absurdo el contraste entre dos figuras o partes del cuerpo. Los más grandes reconocimientos al valor de su trabajo escultórico lo representan su exposición en los Campos Elíseos de París (1992) y en la Quinta Avenida de Nueva York (1993). Todos sus trabajos tridimensionales tienen un carácter arcaizante. Ello se debe, según explicaciones del propio artista, a su deseo de buscar las raíces en el arte precolombino y a cierta influencia del arte popular mejicano. Algunas de las características de sus obras son el feísmo, la monstruosidad y la deformación. El centro de sus obras es el hombre, pero el hombre que sobrevive atrapado en las convenciones de una sociedad. Muchas de estas figuras fueron posteriormente regaladas a algunos de los países que acogieron dichas exposiciones. Así, y por votación popular, Botero dejó dos esculturas en Madrid tras la gran exposición en 1994 en el Paseo de Recoletos, una Mano y una Maja desnuda. También dejó, asimismo, una escultura en el aeropuerto madrileño de Barajas titulada El rapto de Europa.

En abril de 2005 inauguró una exposición en el Palacio Venecia de Roma en la que presentó más de cincuenta pinturas cuyo motivo eran las torturas infringidas por soldados estadounidenses a presos iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib durante la ocupación de Irak en 2003. Botero volvió a aparecer en las noticias en noviembre de 2009, saberse que una escultura suya, Mujer Fumando, fue subastada en la galería Christie´s de Manhattan, por un precio de 1 millón de dólares, el mayor importe pagado por una obra suya, superando al resto de artistas latinoamericanos que vendían sus obras.


Obras comentadas


Obra
Mujer llorando, 1949

Retrato de un joven indio, 1952

Pintura de Fernando Botero



La imagen es un detalle de una de las obras de la primera época pictórica de este artista colombiano, en la que abundaban las referencias a la religiosidad y las figuras de monjas y obispos con una intención satírica. A pesar de haber vivido durante años en un exilio voluntario, Botero siempre ha insistido en llevar a su obra plástica sujetos que están cerca de la idiosincrasia colombiana.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Niña recién envejecida de Fernando Botero



En esta obra de uno de los máximos exponentes del arte hispanoamericano actual se puede apreciar una característica constante en su producción como es su afán por casar una aparente ingenuidad infantil con una sordidez en los contenidos, como pone de manifiesto en su serie de lienzos sobre las torturas de Abu Ghraib.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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