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Artistas de la A a la Z

Henri Laurens (1885-1954)



Laurens, Henri (París, 18 de febrero de 1885 - 5 de mayo de 1954) Escultor francés, que ha sido declarado como el mayor escultor francés del siglo XX.

Biografía

Nació y murió en París. De origen humilde, tuvo que trabajar mientras iba a la escuela, ingresando como aprendiz en un taller de decoración en 1899. Fue allí donde descubrió su interés por las artes plásticas; comenzó a tomar clases de dibujo y más tarde realizó algunas obras escultóricas bajo la influencia de Rodin.

En 1911 conoció a Georges Braque e iniciaron una relación fructífera. También llegó a conocer a Picasso, principal inductor del cubismo y las vanguardias que había en París durante esa época. Sus primeras obras conocidas fueron realizadas de madera y yeso, e influidas por el estilo cubista que tiene inculcado. A partir de 1915 le pone color a sus esculturas e inicia obras hechas en piedras, láminas de metal y papel. En estas obras mezcla el cubismo con los bodegones de naturaleza muerta de Braque y Picasso. En 1916 avanza en el desarrollo de su identidad como artista y decide experimentar con collages que serían calificados como "el florecimiento del cubismo" por D. H. Kahnweiler.

Conoce a Léonce Rosenberg, que entre 1917 y 1918 organizaba exposiciones de sus obras. Entre 1919 y 1920 Laurens esculpe sus primeras piezas de bulto redondo en mediano formato, y se inicia en la talla de bajorrelieves en terracota, madera y piedra en los que logra interrelacionar pintura y escultura.

A inicio de los años 1920, Laurens abandona el cubismo para usar las líneas curvas y los volúmenes planos. El desnudo femenino se convierte en su motivo favorito.

Entre 1921 y 1922 sigue realizando relieves y también esculturas de bulto redondo que ahora son más pequeñas, estilizadas y decorativas. En 1923 la compañía de Ballet Ruso le encarga la escenografía de la obra "El Tren Azul".

Desde 1930 cambia el ánimo decorativo por la búsqueda de una expresión más estilizada. En 1933 sus representaciones de la figura humana se separan de las referencias realistas. Se interesa en los motivos mitológicos y literarios, acentuándose así el ensueño y el simbolismo entre los contenidos de sus creaciones. Desarrolla las posibilidades del bronce, y lleva sus esculturas a los grandes formatos. A mediados de los años 1930, se dedica a la realización de piezas que ocupan el Pabellón de Sévres y el Palais de la Découverte en la Exposición Internacional de 1937 en París.


Obras comentadas


Galería

Cabeza de mujer, 1915

La botella, 1916

La gran música de Henri Laurens


Una versión del tema del desnudo que centra toda la obra de este escultor. Aunque al principio se recreó en el arabesco curvilíneo de la forma, hacia la década de 1940 ensanchó el volumen hasta la monstruosidad, evocando las adiposidades de las célebres Venus prehistóricas. 

(Museo de Arte Moderno, París)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

La sirena de Henri Laurens.


Esta obra de 1944 es de la época en que, abandonado el cubismo, adopta las líneas curvas y los volúmenes planos, y el desnudo femenino se convierte en su tema favorito. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Fernando de Llanos (s. XVI)


Llanos, Fernando de (s. XVI) Pintor español. Trabajó con Yáñez en Valencia (1506-13), donde ambos realizaron conjuntamente su obra maestra: el retablo mayor de la catedral (1507). La influencia de Leonardo da VinciPerugino y del Pinturicchio se hace sentir en ambos. A partir de 1516 trabajó en Murcia, donde realizó para la catedral una serie de lienzos, entre los cuales destacan los Desposorios (1516) y el Nacimiento. Trabajó también para la iglesia de Santa Cruz de Caravaca.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obra comentada

Galería
Desposorios de la Virgen, 1516

Adoración de los Magos

Descanso en la huida a Egipto de Fernando Llanos


Tabla que muestra el pasaje de la Sagrada Familia huyendo de la matanza de infantes decretada por Herodes. Una composición fantasiosa representa al niño Jesús jugando con unos angelitos y, a la derecha, los tres personajes en camino. 

Catedral de Valencia.

Fuente: Historial del Arte. Editorial Salvat.

Leone y Pompeo Leoni, (1509-1590/1533-1608)



Leoni, Leone (Menaggio, 1509-Milán, 22 de julio de 1590) Escultor y medallista italiano. 
Trabajó para la casa Gonzaga en Italia, y en 1 546 entró al servicio de Carlos V, para el que ya había realizado algunas medallas y monedas; con él colaboró su hijo Pompeo. Ambos colaboraron en el magnifico conjunto de Carlos V abatiendo el Furor (1564); obras de Leone son también las estatuas de la emperatriz Isabel, Felipe II y María de Austria, todas ellas de bronce; en mármol son los bustos de Carlos V y de la reina Leonor. 

Leoni, Pompeo (1533-Madrid, 1608) Escultor y grabador italiano, hijo de Leone. 

Al ser contratado su padre, pasó a España y se quedó en la corte al servicio de Carlos V. primero, y, después, de Felipe II. Se muestra como un escultor manierista, ecléctico y de valor desigual. Sus obras son de gran virtuosismo técnico; lo mejor de ellas son la serie de mausoleos y esculturas del retablo mayor del monasterio de El Escorial. De 1574 es la estatua orante del sepulcro de la infanta doña Juana de Austria; en 1576 contrata el sepulcro del inquisidor Valdés (iglesia de Salas, Asturias); un año más tarde, el del cardenal Espinosa de los Monteros; cierra su serie de sepulcros en mármol o alabastro el sepulcro de Antonio Sotelo (iglesia de San Andrés, Zamora). Los más bellos mausoleos los realizó en bronce: mausoleo imperial y real en la capilla mayor del monasterio de El Escorial (iniciado en 1590); anterior a este conjunto (1579), había iniciado, en colaboración con su padre, el retablo de El Escorial. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obras comentadas


Galería


Medala de Miguel Ángel. Leone


Medalla Carlos V. Leone

León Battista Alberti (1404-1472)


Renacimiento. Quattrocento.

Leone Battista, Alberti (Génova o Venecia, 18 de febrero de 1404 – Roma, 25 de abril de1472)  Arquitecto y pensador italiano.

Cursó estudios humanísticos y científicos en Padua y Bolonia, e investigó los antiguos monumentos de Roma (1431). 

Figura destacada de la vida artística e intelectual del Renacimiento florentino, fue amigo de BrunelleschiDonatello. En 1447 entró al servicio del papa Nicolás V. Tenía ya 40 años cuando empezó a proyectar sus obras arquitectónicas, a menudo ejecutadas o terminada terminadas por otros: Templo Malatestiano (terminado en 1450), en Rímini; Palacio Rucellai (h. 1450) y fachada de Santa María Novella (1456-70), en Florencia; etc. Alberti se inspiraba directamente en la arquitectura clásica romana y fue el primero en separar el proyecto de la ejecución. Dejó escritas obras literarias y pedagógicas, además de tratados como De statua y De pictura (1435) y el monumental De re aedificatoria, obra en 10 volúmenes que concluyó en 1450.

Fachada principal de la iglesia de San Andrés de León Battista Alberti, en Mantua. Esta fachada está dividida en tres cuerpos, con la particularidad de que en el central se adopta la forma del arco de triunfo romano. La remata un frontón, también de tipo clásico, y está coronada por un arco. 

Alberti era el destinado a extender fuera de Toscana el estilo nuevo en arquitectura. Por encargo de la familia Gonzaga construyó en Mantua una iglesia dedicada a San Andrés, que es simplemente una planta de cruz latina y una sola nave con una gran bóveda y una cúpula en el crucero. Así serán después la mayoría de las iglesias del Renacimiento; el esfuerzo de la bóveda de medio punto sobre la nave única se halla contrarrestado por las capillas laterales que ocupan el lugar antes reservado a las naves laterales; aquí estas capillas se abren a la nave central mediante arcos alternativamente altos y anchos, y bajos y estrechos. La idea de Brunelleschi de construir las iglesias según el tipo de las basílicas clásicas de techo plano aparece rectificada por esta solución de León Bautista Alberti, que será definitiva. San Lorenzo y el Santo Spirito, de Florencia, quedarán como tentativas ideales de un genial enamorado de la antigüedad en sus formas simples de las basílicas.

En cambio, León Bautista Alberti va a buscar sus modelos en las construcciones abovedadas de las grandes termas romanas, que permiten dar mayor anchura a las naves. Las naves laterales han desaparecido, y las capillas abiertas a la nave central única, que han ocupado su lugar, se convierten en una serie de centros de interés secundario que acompañan a la gran nave y parecen darle aún mayor anchura.

Las columnas han desaparecido también y han sido sustituidas por pilares gigantescos. San Andrés de Mantua, aunque desfigurado hoy por una profusa decoración interior, es un monumento de importancia decisiva, cuya disposición será imitada por todas las iglesias renacentistas y barrocas.

Interior de la iglesia de San Andrés, en Mantua, de una sola nave y cruz latina y cubierta por bóveda de cañón, obra de Alberti. La cúpula y toda la decoración de grutescos no figuraban en el proyecto inicial. En los muros hay dos órdenes de pilastras: las mayores sostienen un entablamento del que parte la bóveda principal; en las menores se apoyan los arcos y las bóvedas de las capillas, perpendiculares a aquélla. 

De familia desterrada, pero florentina, Alberti reunía a los conocimientos técnicos una vasta erudición, y además de sus construcciones, propagó el estilo con sus escritos. Sin un instinto arquitectónico tan extremado como el de Brunelleschi, era también muy práctico en construcción, conocía los escritos técnicos de los antiguos y tenía un gusto refinado para combinar elementos decorativos. Los temas ornamentales de la antigüedad no eran suficientes para estas arquitecturas del humanismo, llenas de conceptos intelectuales de un sentido nuevo, que hubiese sido extraño para los antiguos; por esto la casual circunstancia de reunirse los conocimientos de arquitectura y construcción en la mente de un hombre de letras como Alberti, favoreció el desarrollo de la plástica de las nuevas representaciones figuradas. Alberti era un caballero prestigioso que unía la fama de su brillante conversación a las cualidades de un gran atleta (se dice que podía saltar con los pies juntos sobre la cabeza de un hombre). Además, escribía comedias, componía mú­sica y pintaba, y estudiaba las ciencias físicas y matemáticas.

Fachada de la iglesia de Santa María Novella de León Battista Alberti, en Florencia. Giovanni Rucellai encargó a Alberti la finalización de la fachada de la iglesia. El arquitecto respetó la parte baja y trazó el sedar más alto de la planta baja, así como el cuerpo superior, que oculta la nave central, al que dotó de un frontón. Amplias volutas constituyen la transición entre la nave central y la cubierta de los espacios laterales. 

En un templo consagrado aparentemente a San Francisco, pero en realidad dedicado a glorificar al señor de Rímini, Sigismondo Pandolfo Malatesta y a los suyos: el Templo Malatestiano (gravísimamente dañado por bombardeos aéreos en los años 1943 y 1944, y hoy totalmente reconstruido), creó Alberti uno de los más extraordinarios edificios de la época.

Exteriormente apenas tiene decoración; sólo en las fachadas laterales hay unos nichos en arcos de medio punto para los sarcófagos de los capitanes que acompañaron a Malatesta en sus campañas, su bufón, su cronista y músico, y su poeta áulico. Esta serie de arcadas ciegas, separadas por fuertes pilares, recuerda más que cualquier otra construcción del siglo XV la arquitectura romana de los Flavios. La fachada principal del templo de Rímini -iniciada en 1446 y aún sin terminar- fue la primera de Europa en la que el arco de triunfo romano se utilizó para la arquitectura religiosa. No hay duda que Alberti estaba obsesionado, muchísimo más que Brunelleschi, por resucitar la antigüedad clásica.

En el interior lo que se hizo es bastante para causar admiración; a cada lado de la nave central, capillas profusamente decoradas mediante relieves con representaciones de las Virtudes, de los Planetas, de las Artes ... Una capilla contiene el sepulcro de la amada de Malatesta, la diva Isotta, que es la inspiradora del monumento; otra capilla era para el propio Sigismondo Pandolfo.

Templo Malatestiano de Rímini de León Battista Alberti. Las arcadas ciegas laterales albergan los sarcófagos de los capitanes de Sigismondo Pandolfo Malatesta y también los de su bufón, su cronista y su poeta aúlico. 

Todo en el Templo Malatestiano revela la gran renovación de conceptos que se realizaba en aquella hora del comenzar del Renacimiento. El señor de Rímini y su arquitecto, disponiendo este templo para su culto personal y el de una mujer, obraban como discípulos más celosos que sus propios maestros, los antiguos. El cesarismo intelectual, la vida pagana que trataban de imitar hasta en sus extravíos, llevaba a estos primeros hombres modernos a ejecutar geniales extravagancias. Pero la maravilla del templo de Rímini es indiscutiblemente su decoración; los relieves, policromados con los colores del blasón de los Malatesta, azul y plata, contrastan aristocráticamente con las partes de mármol, en su color blanco natural.

Las escenas representadas suponen, generalmente, un singular esfuerzo hacia el paganismo: trofeos, coronas, triunfos de los Malatesta y virtudes de Isotta, la nueva diosa; su monograma aparece por doquier dando testimonio de que aquella construcción le ha sido dedicada. Sigismondo Pandolfo Malatesta fue el típico tirano del Renacimiento, cruel, sin escrúpulos, pero fascinado por las artes y las nuevas ciencias.

Fachada principal del Templo Malatestiano de Rímini de Alberti. La fachada se inició en 1446 y, aun inacabada, sorprende por su sencillez clásica inspirada en el antiguo arte imperial. Esta iglesia fue la primera en adoptar el arco triunfal romano para la arquitectura religiosa, otro signo evidente del paganismo de la corte del terrible Malatesta, tan fascinado por las artes y las ciencias. 

El mismo año 1446, el rico mercader florentino Giovanni Rucellai hizo comenzar las obras de su palacio en Florencia, que aún lleva su nombre. Dirigió los trabajos Bernardo Rossellino, siguiendo los dibujos y planos que había enviado Alberti. Más que el patio, interesa la fachada de tres pisos, cuyas pilastras dóricas en la planta baja, jónicas en el primero y corintias en el segundo, acompasan la fachada verticalmente. Tres cornisas, dibujadas con una exquisita sensibilidad, subrayan las separaciones horizontales. La última de estas cornisas, más antigua que la de Michelozzi en el palacio de los Médicis, es la primera que en Florencia sustituyó los viejos aleros de los tejados medievales. Con la fachada del palacio Rucellai, Alberti creó un modelo de superposición de los órdenes clásicos que fue imitado durante más de 400 años.

Templo Malatestiano de Rímini de Alberti. Detalle de las arcadas ciegas que albergan los sarcófagos, y a las que se intercalan unos sencillos tondos, que rodean todo el edificio.

Alberti, después de sus trabajos en Mantua y Rí¬mini, pasó a Roma, adonde le reclamó el nuevo papa Nicolás V, erudito de gran renombre, quien, a pesar de haber nacido en Liguria, forma parte del grupo de humanistas de Florencia. Para poder continuar sus estudios en Toscana, Tomás Parentucelli, que luego fue Nicolás V, había tenido que desempeñar el cargo de preceptor de varios jóvenes de familias ricas de Florencia, como los Albizzi y los Strozzi.

Cuando pocos años después, gracias a tan rápida como merecida fortuna y por sorprendente decisión del cónclave, era elevado a la suprema dignidad de la Iglesia, Cosme de Médicis, estimando el gran honor que recaía en Florencia, le mandó una brillante embajada de salutación. Nicolás V tomó partido resueltamente por el Renacimiento florentino, y como su piedad sincera no despertaba sospechas, pudo abrir la Iglesia, sin recelo de nadie, al humanismo renaciente. Es natural que Nicolás V quisiera tener a su lado, para las grandes obras arquitectónicas que proyectaba, a un arquitecto florentino, y éste no podía ser otro que León Bautista Alberti.

El Papa bibliófilo y el arquitecto humanista trazaron un proyecto quimérico de ciudad ideal, del que sabemos algo por los libros de Alberti: De  re aedificatoria. El programa se redujo, naturalmente; pero la obra principal, que debía ser la nueva iglesia sobre el sepulcro de San Pedro, fue comenzada derribando la parte posterior de la venerable basílica vaticana. Alberti no hizo más que empezar los cimientos del nuevo ábside; sin embargo, la concienzuda dirección del gran florentino permitió un siglo más tarde a Bramante y a Miguel Ángel levantar los colosales muros que habían de sostener la cúpula actual de San Pedro.

Fue elevado también a la silla pontificia por sus méritos literarios el humanista sienés Eneas Silvia Piccolomini, traductor de textos griegos y autor de amenísimos escritos. Con el nombre de Pío II, Eneas Silvia Piccolomini gobernó la Iglesia continuando la obra de Nicolás V.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Luciano Laurana (1420-1479)

Renacimiento. Quattrocento.

Laurana, Luciano (La Vrana (Dalmacia), h. 1420-Pésaro, 1479) Arquitecto e ingeniero italiano, de origen dálmata.​Laurana influyó considerablemente el desarrollo de la arquitectura del Renacimiento. Su obra más famosa fue el Palacio Ducal de Urbino.​ Era pariente del escultor Francesco Laurana.


Biografía

Laurana nació en Vrana, cerca de Zadar. En ese entonces, el área formaba parte de la República de Venecia debido a que Ladislao I de Nápoles había vendido sus derechos al reino de Dalmacia por 100.000 ducados en 1409. Existe poca información sobre los primeros años de Laurana. Su padre, Martin, era un cantero en Zadar y trabajó junto al escultor Giorgio da Sebenico en la Catedral de Santiago de Šibenik.

Cerca de 1465, colaboró con Leon Battista Alberti en Mantua. Entre 1466 y 1472, dirigió las obras de un nuevo palacio encargado por Federico da Montefeltro, duque de Urbino.​ Sin embargo, la contribución de Laurana en el diseño es disputada, ya que Francesco di Giorgio también participó en la construcción.

Posteriormente, Laurana trabajó en Nápoles para el rey Fernando II de Nápoles. A partir de 1472, se trasladó a Pésaro, en donde vigiló la construcción del Castillo (Rocca) hasta su muerte, en 1479.


Galería
La Piazza

Palacio Ducal de Urbino

Patio interior del Palacio Ducal de Urbino



Mihail Larionov (1881-1964)



Larionov, Mihail Fëdorovic (Tiraspol, 22 de mayo de 1881 - Fontenay-aux-Roses, 10 de mayo de 1964) Pintor de la llamada vanguardia rusa.

Biografía

Tras pasar su juventud en Moldavia se trasladó a Moscú donde ingresó en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura en 1898; allí, dos años después, conoció a Natalia Goncharova e hicieron amistad Konstantín Korovin cuando éste entró como profesor en dicha escuela en 1902. A partir de 1903, Lariónov se relacionó con Serguéi Diáguilev con motivo de una exposición del trabajo de Charles Rennie Mackintosh. Este círculo de amistades le influirá y acompañará parte de su vida. Así, en 1908, Lariónov organiza varias exposiciones en las que participa también Goncharova. Ambos están presentes en la Exposición Internacional de Viena en 1907 y en la Der Blaue Reiter (Múnich, en 1912). Inspirados por el Futurismo, en 1913, Lariónov y Goncharova llevan al ámbito ruso el Rayonismo, que algunos críticos consideran la primera escuela rusa original de arte abstracto, donde se mezclaban propuestas cubistas y futuristas, sin anécdota, en pos de una independencia de los valores plásticos «en sí mismos».

Reclutado en 1914, la primera guerra mundial trucó su actividad y marcó parte de su vida artística.

En 1919, Mijaíl Lariónov y Natalia Goncharova abandonaron la asociación Sota de Diamantes y organizaron su propia exposición con varios simpatizantes; la titulan La Cola de Burro y participan, entre otros, Kazimir Malévich, Tatlin y el recién llegado Marc Chagall. También, junto con Goncharova, dibujaron vestuarios y decorados para las producciones teatrales de Serguéi Diáguilev.

Murió en Francia en 1964, dos años después de la muerte de Goncharova.


Galería

Soldados jugando a las cartas, 1903. Impresionismo

Pescado al atardecer, 1904. Impresionismo

Giovanni Lanfranco (1582-1647)

 


Lanfranco, Giovanni di Stefano (Parma, 26 de enero de 1582 – Roma, 30 de noviembre de 1647) fue un pintor italiano del periodo de transición del clasicismo romano-boloñés al Barroco pleno.

Biografía

Lanfranco nació en Parma, donde empezó como aprendiz del boloñés Agostino Carracci. Destacó en la decoración de cúpulas que parecían abrirse hacia el cielo. Durante las primeras décadas del siglo XVII rivalizó en Roma con Domenichino por los encargos de pinturas al fresco. Una medida de la competición puede verse de la acusación que públicamente lanzó (no sin cierta razón) contra Domenichino, de plagio en su pintura La última comunión de san Jerónimo,1​ hoy en la Pinacoteca Vaticana.

Lanfranco recibió la influencia del valenciano José de Ribera, establecido desde joven en Nápoles. Hacia 1635 aportó varias pinturas a un extenso ciclo sobre gladiadores romanos y demás escenas de la Antigüedad, para el Palacio del Buen Retiro en Madrid. El Museo del Prado posee varios ejemplos de ello.

Su estilo puede considerarse resultado de un compromiso entre clasicismo y caravaggismo, aunque pese más la influencia boloñesa, quizá como consecuencia de que muchos de las obras que se le encargaron tenían como asunto la alegoría o la mitología clásica. En cualquier caso, fue un excelente colorista, y sus composiciones destacan por su solidez, sin abandonar la energía y el movimiento típicos del Barroco decorativo.


Galería
Joven desnudo en una cama con gato, 1620-1622

San Lucas, 1611

Nicolas Lancret (1690-1743)




Lancret, Nicolas (París, 22 de enero de 1690 - 14 de septiembre de 1743) fue un pintor francés de estilo rococó cuya obra se sitúa en la órbita de Watteau.

Biografía

Se formó como pintor principalmente con Claude Gillot, maestro del también pintor Antoine Watteau. Lancret admiró e imitó el estilo de Watteau de tal modo, que ha sido descalificado como un simple imitador sin originalidad. Sin embargo, su manera de pintar es algo diferente: perfiles más definidos, una pincelada algo más lisa, y un colorido acaso más vivo.

Describió la vida frívola en la corte francesa bajo la regencia (1715-1723) de Felipe II, duque de Orleans. Sus pinturas se caracterizan por presentar a los personajes vestidos de forma elegante, por los paisajes delicados y por la atmósfera de plácida alegría.

Pintó cerca de 800 cuadros. Algunos de ellos son Las cuatro edades del hombre (Tate Gallery de Londres), La lección de música y Las cuatro estaciones (ambos en el Museo del Louvre de París).

Algo antes de 1733 pintó una conocida serie de Los Cuatro elementos para el marqués de Beringhen. El original correspondiente a La Tierra se exhibe en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Del cuarteto se publicó poco después una serie grabada, en la que participaron grabadores como Cochin, Nicolas Tardieu y Benoit Audran. Se cree que los grabados fueron encargados directamente por Lancret a dichos artistas para dedicárselos al marqués.

Entre sus múltiples retratos de actores destacan las cuatro pinturas que hizo de la bailarina Marie Camargo (1730); la de la Colección Wallace de Londres es la más conocida.


Galería
Las cuatro veces del día. La noche de Nicolas Lancret
Las cuatro veces del día. La noche

La sede de la justicia en el Parlamento de París en 1723 de Nicolas Lancret
La sede de la justicia en el Parlamento de París en 1723

Wifredo Lam (1902-1982)



Lam, Wifredo (Sagua la Grande, 8 de diciembre de 1902 - París, 11 de septiembre de 1982) Pintor, grabador e ilustrador cubano.

Biografía

Wifredo Lam nació el 8 de diciembre de 1902 en Sagua la Grande, Cuba. Es el octavo hijo de Lam-Yam, nacido en Cantón hacia 1820, y emigrado hacia las Américas en 1860, y de Ana Serafina Castilla, nacida en 1862 en Cuba y descendiente mestiza de familias originarias de África y España.

A comienzos de los años treinta era evidente su influencia surrealista, así como la de Henri Matisse y también posiblemente la de Joaquín Torres García.

En 1936, al visitar una exposición de Pablo Picasso se sintió fuertemente atraído hacia él, tanto artística como políticamente. En 1936, ayudado por su amigo Faustino Cordón, se une como voluntario al ejército republicano en su lucha contra las tropas golpistas de Franco. Dibuja carteles antifascistas y es encargado de la dirección de una fábrica de municiones. La violencia de los combates inspira su gran tela titulada La Guerra Civil.

En 1938, se fue a vivir a París, donde el propio Picasso lo tomó bajo su tutela y alimentó su interés por el arte africano y máscaras primitivas. En ese mismo año, viajó a México donde permaneció con Frida Kahlo y Diego Rivera.

La variada herencia multicultural de Lam así como su relación con la santería, se manifiesta extensamente en la obra del artista.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Lam vivió la mayor parte del tiempo en el Caribe, junto con Claude Lévi-Strauss, André Masson y André Breton, cuyo poema Fata Morgana, Lam ilustró en 1940. En 1941, regresó a la Habana donde fue fuertemente influenciado por las teorías de Carl Jung. A finales de 1942, comenzó su importante obra "La Jungla" (1943). Lam desarrolló un estilo propio en el que combinaba el surrealismo y el cubismo con el espíritu y formas del Caribe.

Entre 1942 y 1950 realizó exposiciones regulares en la Pierre Matisse Gallery de Nueva York. Su segundo matrimonio, en 1944 con Helena Holzer, terminó en divorcio en 1950. En 1946, tras una estancia de cuatro meses en Haití, Lam regresó a Francia vía Nueva York.

En 1948 conoció a Asger Jorn, con quien trabó una amistad de muchos años. Viajó intensamente hasta 1952, cuando permaneció tres años en París. En 1955 reanudó los viajes, y en 1960 se estableció en Albisola Mare, en la costa italiana. El invierno de ese año se casó con la pintora sueca Lou Laurin, con quien tuvo tres hijos.

En 1964 recibió el Guggenheim International Award, y en 1966 y 1967 se realizaron numerosas retrospectivas de su obra en el Kunsthalle de Basilea, el Kestner-Gesellschaft de Hannover; el Stedelijk Museum de Ámsterdam, el Moderna Museet de Estocolmo y el Palais des Beaux-Arts de Bruselas. Recibió numerosos premios y reconocimientos. Sus obras se encuentran en los principales museos del mundo.

Se han subastado obras de Lam en todas las subastas de arte latinoamericano de prestigio mundial, alcanzando también los precios más altos (por ejemplo, $ 1,267,500 por "La mañana verde", óleo/papel, 1943; Sotheby´s. Latin American Art. Sale #NY7140, 27 de mayo de 1998: lote 12).

Lam murió en París el 11 de septiembre de 1982. Está enterrado en su ciudad natal.


Obra comentada


Galería

Madame Lumumba, 1938. Cubismo




Descanso de la modelo, 1938. Cubismo

Umbral de Wifredo Lam


Este pintor cubano buscó en Europa las respuestas a sus inquietudes, que superaban sus raíces étnicas, y, en efecto, llegó en plena eclosión del surrealismo. Sin embargo, aunque adoptó sus principios, no olvidó su procedencia. Se puede decir que Lam asume lo primitivo a través de la mirada francesa.

(Centro Nacional de Cultura George Pompidou, París)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Celso Lagar (1891-1966)



Lagar, Celso (Ciudad Rodrigo, 4 de febrero de 1891 - Sevilla, 6 de septiembre de 1966) Pintor español expresionista de la primera generación de la Escuela de París, donde residió la mayor parte de su vida. Estuvo influenciado por vanguardias de todo tipo, como cubismo y fovismo. Pintó principalmente paisajes y bodegones. Desde un punto de vista personal, es una persona depresiva y completamente dependiente de su mujer, la escultora francesa Hortense Begué.

Biografía

Desde su Ciudad Rodrigo natal, se marchó a Madrid para formar parte del taller de uno de los mejores escultores del momento, Miguel Blay.​ Durante 1910 y 1911 visitó Barcelona. Más tarde estudió escultura en París en 1911 aconsejado por Blay, donde conoció a Joseph Bernard, a su amigo Amedeo Modigliani y a su futura mujer, la escultora francesa, Hortense Begué. Será precisamente en ese momento cuando, paulatinamente, abandone la escultura en favor de la pintura.

El estallido de la Primera Guerra Mundial supondrá, en la vida y obra de Celso Lagar, el inicio de una nueva etapa. Permaneció en Barcelona durante la guerra, donde logra un cierto reconocimiento, que le permite su regreso a París. En 1919 se asienta definitivamente en Francia. Su época hasta finales de los años 30, es el momento de su mayor esplendor del artista. Consigue exponer sus obras en las mejores galerías parisinas, su producción es abundante y constante. Tanto en su residencia en París como en sus estancias, desde 1928, en Normandía desarrollará un producción artística con unos temas muy concretos: bodegones, reminiscencias españolas, paisajes y sus celebradas escenas circenses. Pasado ya el período de influencias vanguardistas de todo tipo (cubismo, fauvismo, vibracionismo, biologismo, simultaneísmo, ultraísta,...), Celso Lagar encontrará un camino propio marcado fundamentalmente por la inspiración goyesca y picasiana. El reconocimiento de crítica y público aumenta.

Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial finalizará su época dorada. Lagar y Hortense son obligados a refugiarse en los Pirineos franceses en medio de unas condiciones de vida muy difíciles. Su regreso tras la liberación de París, no tuvo tanta repercusión. Lagar continuará con los mismos temas y técnicas de antes de la guerra pero el público ya busca nuevos contenidos. Poco a poco, el éxito se difumina y las penurias económicas afectan a la pareja.

En este momento hacia el año 2890 , su mujer Hortense ingresa en el hospital Broca y en 1955 muere. Lagar cae en una profunda depresión e ingresará en el psiquiátrico de Sainte Anne. Su labor artística finaliza completamente.3​ En ese momento, por orden judicial, se realizan dos subastas de las obras que permanecían en su taller, para pagar su estancia en el manicomio. En octubre de 1964 regresa a España viviendo en Sevilla con una hermana hasta su muerte el 6 de septiembre de 1966.

Obra

Sus cuadros se encuentran en numerosos museos de toda Europa, como: La Rochelle, Museo Goya en Castres, Honfleur (Francia), Petit-Palais de Ginebra, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Casa Lis de Salamanca, Museo Carmen Thyssen (Málaga) y en prestigiosas colecciones como la de Crane Kallman (Londres) o Zborowski (París).

Fue ilustrador de varias revistas, entre ellas, las españolas Revista Nova, Un enemic del Poble y Troços.


Galería

Acróbata sentada

Arlequín

Georges Lacombe (1868-1916)



Lacombe, Georges. Escultor y pintor francés, nacido en Versalles (Seine-el-Oise) el 18 de junio de 1868 y fallecido en Alençon (Orne) el 29 de junio de 1916.

Georges Lacombe nació en el seno de una familia con inclinaciones artísticas; su padre era un constructor de muebles y su madre, Laura Lacombe (1834-1924) practicó la pintura y el grabado y fue asidua de los círculos artísticos de la época; es por ello que desde niño Georges vivió en su propio hogar las reuniones de pintores del momento, y creció bajo su influencia. Los Lacombe frecuentaron a diversos pintores, como Alfred Roll, Henri Gervex o Georges Bertrand (1849-1929), todos ellos amigos de la familia y que tutelaron la iniciación a las artes plásticas de Georges Lacombe.

A los veinticuatro años hizo amistad con el pintor Paul Sérusier, muy atraído por la estética primitivista de los nabis, de los que pronto se hizo seguidor y condujo a Lacombe hacia la misma inclinación estética.

A partir de 1982 ambos comenzaron a realizar óleos y acuarelas en los que reflejaron paisajes de la costa bretona, siempre desde una perspectiva influenciada por la estética japonesa y la de la escuela de los nabis. Este grupo artístico surgió a finales del siglo XIX en Francia, en torno a la figura del pintor Paul Gauguin; los nabis (profetas), nombre del movimiento artístico, practicaron una estética de formas sencillas y colores puros, dejándose llevar por la influencia de las obras de las culturas ancestrales, como la japonesa, o de movimientos contemporáneos como el Modernismo, la escuela de Pont-Aven o el Cloisonismo. En 1888, el grupo incluía al citado Sérusier, junto con Maurice Denis, Antony Roussel, Jean Édouard Vuillard, Paul Élie Ranson, Pierre Bonnard, y Henri Gabriel Ibels, junto con Lacombe, que se decantó por la escultura desde su adhesión al grupo, por lo que se le conoce como el "escultor nabi".

En 1891 presentó en una exposición sus primeras esculturas nabis, cuatro estatuillas que jugaban con el simbolismo del tema y la sencillez formal. La figura de su padre, que trabajaba la madera como afición, influyó en el estilo de Lacombe, y propició en él la búsqueda de formas sencillas y toscas, aplicada sobre temas arraigados en el Simbolismo. Esta sencillez formal se acrecentó cuando conoció personalmente a Paul Gauguin, entre 1893 y 1894.

       La obra de Georges Lacombe se mueve formalmente en el terreno de los nabis, es decir, rechazo del realismo y utilización de técnicas de reproducción más crudas, más próximas a una interpretación estéticamente sencilla de temas de pretendida profundidad mística. Un ejemplo es su Magdalena (Museo de Lille), o La cama (1894-96, Museo D'Orsay, París), donde el artista traza una metáfora sobre la vida y la muerte. También realizó numerosos bustos en madera tallada, entre los que destacan los de Bertrand, Bonnard, Denis, Roussel o el de su amigo Paul Serusier. Interesado por las artes decorativas, colaboró con el teatro de marionetas de su amigo Paul Ranson; junto con Serusier, asimismo, realizó diversos paneles para las representaciones de éste.

Fuente: Texto extraído de www.mcnbiografias.com

Galería

Acantilados cerca de Camaret, 1892.
Japonismo

Carneros negros, 1892

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