Sus obras más conocidas son las grandes pinturas de flores ampliadas a una escala gigante, como Black Iris de 1926; "lo que sorprende a sus contemporáneos no es tanto el punto de vista inspirado por las ampliaciones fotográficas, sino la evocación de la psique femenina que invita a asociaciones eróticas, aunque la propia O'Keffe siempre rechazó interpretaciones de este tipo. A pesar de todo, sus cuadros de flores conllevan algo de la magia misteriosamente tentadora de las formas de la naturaleza, desplegándose de acuerdo con los pulsos vitales, una magia que se desvanece con cualquier intento de describir su esencia metafórica en términos concretos" (Schmied). No pintó nunca figuras humanas.
A partir de 1920 pinta en series, como las seis versiones de Jack-in-a-Pulpit de 1930. En 1929 visita por primera vez Nuevo Méjico, donde acabará viviendo a partir de 1946 (año de la muerte de Stieglitz). Sus obras preciosistas más conocidas son vistas de las calles de Nueva York desde la ventana de su apartamento, en el piso treinta y tres, del Shelton Hotel. Durante los años treinta y cuarenta, amplía su repertorio de imágenes y pinta huesos y cráneos de animales (donde se acerca al surrealismo), paisajes de Nuevo Méjico, su casa de abobe, etc.
En 1953 visita Europa por primera vez y empieza a viajar mucho; los viajes en avión le aportan nuevas imágenes: rascacielos con nubes y vistas aéreas del territorio. Gana numerosos premios y realiza exposiciones en los Estados Unidos. Su primera retrospectiva es organizada por el Whitney Museum of American Art de Nueva York en 1970. Seis meses después, se queda parcialmente ciega y deja de pintar, hasta que su asistente y amigo Juan Hamilton la convence para que retome su trabajo, en 1975, aunque hizo pocas obras hasta su muerte el 6 de Marzo de 1986.
Fuente: Texto extraído de www.mcnbiografias.com
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