Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como 04 La pintura del Renacimiento tardío

La pintura del Renacimiento tardío

Imagen
Si Roma y Florencia fueron los grandes escenarios del Renacimiento cuando éste daba sus primeros pasos, Venecia tomaría el relevo de sendas ciudades para convertirse en el centro de la vida cultural del Renacimiento tardío. Sin duda alguna, el tratamiento del color es una de las grandes aportaciones que realizan los maestros venecianos a la historia de la pintura. “Sólo a Tiziano debe atribuirse la gloria del perfecto colorear”, comenta en efecto Ludovico Dolce, en 1557, y también Marco Boschini en 1674: “Realmente, Tiziano ha sido el más excelente de cuantos han pintado, ya que sus pinceles siempre daban a luz expresiones de vida”. Estas afirmaciones no son, en absoluto, exageradas, pues, como se tendrá ocasión de comprobar, es Tiziano Vecellio el pintor que mejor sabe exprimir las posibilidades del color. Cristo bendiciente de  Alvise Vivarini (San Giovanni in Bragora, Venecia).  Tiziano es el pintor de Venecia, y Venecia es la ciudad de Tiziano, binomio prácti...

La escuela de pintura veneciana

Imagen
Venecia, por sus relaciones constantes con el Oriente, se había conservado fiel al arte bizantino. Era, realmente, más una colonia espiritual de Bizancio que otra provincia de la nueva Italia del Renacimiento. El viajero que estudia las pinturas primitivas de los museos y los frescos de las iglesias románicas de Toscana y el Lacio, ve de qué manera, ya en la primera mitad del siglo XIII, los pintores y escultores que preceden a  Giotto , Duccio y Cavallini empiezan a lanzarse por las nuevas vías del gran arte italiano. Venecia no participa de este movimiento. Giotto en el siglo XIV, llega hasta Padua; en el XV,  Donatello  y  Verrocchio  van también al territorio de la Serenísima República para ejecutar encargos; pero hasta después de la caída de Constantinopla no puede decirse que haya verdadero arte veneciano en pintura y escultura. ⇦  María Magdalena  de Cario Crivelli (Rijksmuseum, Amsterdam). El pintor consigue una expresiva exageració...

La Serenísima República de Venecia

Imagen
Investidura de Giovanni Bembo como dogo o "dux" de Vene- cia (Palacio Ducal, Venecia), por D omenico  Tintoretto . La Serenísima República de Venecia era, en este siglo XVI que se est á tratando, un estado próspero que basaba su economía fundamentalmente en las transacciones comerciales, en particular en lo que atañía a obras de arte, objetos de vidrio y cerámica. Por esta razón, necesitaba mantener a toda costa sus acuerdos comerciales con Bizancio, y, también por ello, en el seno de las instituciones de la República las luchas por el poder eran tan furibundas como en la Roma de los Médicis. Para entender la existencia de esta Serenísima República hay que remontarse a la crisis de la Baja Edad Media, que en Italia, entre otras consecuencias, llevó a la formación de varias ciudades estado -Venecia, Milán, Florencia, Estados Pontificios y Nápoles- que rivalizaban por ampliar sus fronteras y sus redes comerciales. Venecia era, por tanto, un escenario idóneo ...

Procesión en la Plaza de San Marcos

Imagen
Gentile Bellini inició un estilo típicamente veneciano de pintura narrativa, en el que ha sido llamado el “estilo presencial”. Prueba de ello es su cuadro la Procesión en la Plaza de San Marcos ( Processione in Piazza San Marco ) perteneciente a un ciclo de tres obras que realizó, junto con otros artistas, para la Scuola Grande de San Giovanni Evangelista. En las ocasiones festivas o por motivo de la visita de altas personalidades, la plaza de San Marcos desplegaba todo su esplendor y se convertía en el centro de grandes actos. Los diversos edificios se engalanaban con banderas u otros elementos para participar también en la fiesta. El cuadro de Bellini muestra uno de estos actos: los milagros de las valiosas reliquias de la cruz que desde 1393 estaban en posesión de la escuela. Representa la procesión que se celebró el día de San Marcos, el 25 de abril de 1444. Es el momento justo en que la reliquia pasa ante el comerciante de Brescia llamado Jacopo Salis que observa la...

Giorgione, un maestro innovador

Imagen
Un artista genial viene a alterar este estado de cosas, un hombre que tiene la franqueza de exponer sus sentimientos sin resabios de vestiduras medievales, atreviéndose a pintar el alma de la Venecia libre y rica del Renacimiento, que después popularizará e inmortalizará Tiziano . Poco se sabe de este genio extraordinario, Giorgio de Castelfranco, llamado vulgarmente II  Giorgione . La leyenda, para añadir más confusión ha mezclado con fábulas apócrifas lo poco conocido de su vida. Era hijo de un hidalgo rústico de los Alpes vénetos. En su país natal, Castelfranco, graciosa villa rodeada de torres en lo alto de una colina, se conserva todavía el bello cuadro de una Virgen entre San Liberato y San Francisco , que se supone es la imagen de la infiel amante del artista. Murió en Venecia, en 1510, a los treinta y tres años víctima de la peste. Sus cuadros auténticos apenas llegan a una treintena, y, con todo, a pesar de su corta vida y de una obra tan reducida, influyó en el arte más...

Veronés, artista de las apoteosis

Imagen
Aún el Veronés, en algunas de sus primeras obras, imita a Tiziano. Este pintor era hijo de un escultor de Verona, ciudad en la que nació en 1528, y aunque se llamaba Paolo Caliari fue siempre conocido por el Veronés . Después de varias obras que pintó en su patria y en otras ciudades del Véneto, se dio a conocer en la capital decorando la sacristía de San Sebastián.  Vasari , en su libro tan citado, le llama todavía Paolino y dice de él: “Este joven está ahora en lo mejor de su producción; no llega a los treinta y dos años; por esto no hablaremos de momento más de él”. Pronto hubo de ser escogido para pintar, en unión de Tiziano , la sala mayor del Gran Consejo, en el palacio de los Dux, cuya reforma, dirigida por Sansovino , acababa de terminarse a la sazón. Allí el Veronés eligió por tema una Apoteosis de Venecia , composición teatral en la que la reina del Adriático, lujosamente ataviada, aparece en lo alto, sentada en medio de unas columnas salomónicas, con los dioses y héroe...

Tintoretto, un soplo de modernidad

Imagen
El tercer gran hombre de esta generación de artistas venecianos de la segunda mitad del siglo XVI no parece haber merecido tanta estima en su tiempo como Tiziano y el  Veronese . Sólo la crítica moderna ha comprendido toda la importancia y excepcional valía de este tercer genio singular que fue Jacopo Robusti, llamado él Tintoretto (1518-1594). De la corta biografía que de él ha conservado un autor al que ha venido considerándose como el  Vasari  veneciano, un tal Ridolfi, que escribió las vidas de los pintores del Véneto, se desprende que nunca fue aceptado como un igual de Tiziano y el Veronés y que, para poder trabajar a sus anchas, según exigía la fogosidad de sus concepciones, tuvo que luchar hasta el fin de su vida. Era un genio dinámico que disgustaba a las gentes, pero que acabó por imponerse. Durante toda su vida hubo de esforzarse por conseguir encargos; su cabeza y su corazón bullían de imágenes, y necesitaba vastas paredes y telas inmensas para dar forma a...