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El palacio ducal de Urbino

Palacio Ducal de Urbino de Luciano Laurana. La corte de Federico de Montefeltro fue una de las más espléndidas del Renacimiento italiano. Su Palacio 
Sin embargo, el más bello palacio cuatrocentista italiano, el palacio ducal de Urbino, fue construido por un extranjero: el dálmata Luciano Laurana, de Zara, que trabajó en Urbino desde 1466 hasta su muerte en 1479. Dispuesto sobre un terreno irregular, no presenta una gran fachada como el Palacio de la Cancillería de Roma; además, el duro clima de Urbino, en los Apeninos, obligó a levantar las cubiertas, expuestas a la nieve; en cambio, en el interior es uno de los monumentos de líneas más puras, y, por la distinción de todos sus detalles, uno de los más bellos que existen en el mundo.

Palacio de Venecia, en Roma, llamado así porque en él residió el embajador veneciano. Se desconoce su autor, aunque Vasari se lo atribuye a Giuliano da Maiano. El exterior del edificio evoca el aspecto de un inexpugnable alcázar medieval.

Los mismos florentinos lo admiraban y Lorenzo de Médicis pedía dibujos del edificio. El patio es de una simplicidad helénica: tiene un pórtico inferior de varios arcos de medio punto que sostienen un friso con una inscripción latina en letras clásicas; la ligereza aérea de sus líneas únicamente es comparable a las arcadas florentinas de Brunelleschi, pese a que aquí los ángulos están reforzados por pilares. A su lado, los patios de Michelozzo y sus discípulos llegan a parecer inestables, y el patio del Palacio de Venecia en Roma se diría que peca de pesado si se le compara con el equilibrio rosa y blanco de Luciano Laurana. En las salas, hoy desmanteladas, hay prodigios de decoración en puertas, ventanas y chimeneas, con el escudo de los Montefeltro. Es doloroso tener que resucitar con el espíritu la corte de Urbino, de cuyas diversiones nos entera el libro de Baltasar de Castiglione titulado El cortesano.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

La catedral de Florencia


La catedral de Florencia (Cattedrale di Firenze) comenzó a construirse en 1296 en estilo gótico. En principio estuvo dedicada a Santa Reparada, pero con la nueva obra comenzada a principios del siglo xv, se consagró a la Madre de Dios con el título de Santa María del Fiore.

  En 1418 se habían fijado unos pilares y un tambor octogonales, aunque todavía no se determinaba el sistema técnico a seguir en la construcción de la cúpula. La rivalidad entre las ciudades-estado italianas impulsó una construcción que superara en tamaño y altura cualquier otra de Italia. Filippo Brunelleschi propone entonces una cúpula inspirada por la tradición gótica de abovedamiento en piedra y los principios de la construcción romana.

   El diseño reúne las virtudes de una cúpula autoportante con la planta de una cúpula octogonal facetada. El domo está construido en base a dos cascarones paralelos, lo cual contribuye a reducir su peso total: la cúpula interior, realizada en ladrillo y piedra, se encuentra reforzada por nervios y por costillas horizontales concéntricas; la interior, protege al conjunto de las inclemencias del tiempo.


   Ambas están unidas por bloques de piedra. Sin embargo, el mayor mérito de la edificación radica en que la cúpula pudo erigirse sin la necesidad de construir andamios desde la base de la iglesia - lo que hubiera supuesto una cantidad de madera y un sistema constructivo inabordable para la tecnología de la época-, de modo que las partes que se iban concluyendo servían de apoyo para los andamios de los tramos superiores. Los modillones que sobresalen en la base de la bóveda sirvieron para apoyar los andamios durante la construcción. La cúpula es el elemento más importante de la catedral.

   Los ábsides de la fachada, en forma de medio octógono, fueron construidos en 1421, y aumentaron considerablemente las dimensiones de la planta cruciforme de la edificación gótica original. La taracea de mármol blanco, rojo y verde en las bandas, junto con las cornisas, otorgan un carácter horizontal al edificio, en contraste con la verticalidad de la arquitectura gótica convencional.


   El campanario o campanile, que se encuentra al lado de la catedral presenta los mismos mármoles de color en la fachada. Había sido comenzado por el maestro Giotto en 1334, Andrea Pisano continuó la construcción y Francesco Talenti la concluyó en 1359. Tiene una planta cuadrada de 14 metros, en cuatro pisos, sin contrafuertes de lado: el primero es un basamento bajo con relieves; sobre éste, otro más ancho, con esculturas; el siguiente tiene ventanas partidas con ajimeces; las ventanas del superior son más altas; y el último presenta un solo ventanal de grandes dimensiones y la cornisa de remate. La torre alcanza una altura de 82 metros.

   La catedral está decorada con obras de artistas como UccelloDonatello, Nanni di Bianco y Ghirlandaio. Tiene 155 metros de longitud máxima y 107 de altura, y es, junto con las de San Pedro de Roma, San Pablo en Londres y la catedral de Sevilla, una de las mayores del mundo. Constituye un ejemplo de la transición entre el mundo gótico y el nuevo espíritu de investigación científica y estética, confirmando a Italia como foco de un nuevo imperio cultural.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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