Alegría de vivir

En la Alegría de vívir ( Bonheur de vivre ), Henri Matisse, uno de los grandes coloristas del siglo XX, pinta una escena donde integra figuras desnudas con el entorno paisajístico, por medio de una ordenación magistral de líneas sinuosas y ondulantes. En un ambiente campestre, rebosante de erotismo, aparecen personajes masculinos y femeninos en distintas posturas: unos bailan, otros se abrazan, mientras que algunos conversan amigablemente. Esta audaz obra es una verdadera escena pastoral, que nos remite al delicioso espíritu de la Arcadia, a una nostálgica "Edad de Oro". Matisse es aquí fiel a los temas idílicos arcádicos que predominaron desde el Renacimiento, con Giorgione , pero que sobre todo nos enlaza con obras de Poussin y de lngres. Su mirada, como la de sus contemporáneos, se volvió hacia ciertos aspectos de la tradición y a las culturas primitivas y exóticas a través de las cuales podía expresar la armónica belleza de un mundo calmado, sereno y sens...