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Mostrando las entradas etiquetadas como 04 Arquitectura colonial

América Central

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Como se ha avanzado, tres grandes zonas culturales se constituyen a raíz de la conquista. Así , en el Caribe y Centroamérica, los colonizadores podían sentirse en un territorio y un clima conocidos: se trata de una región tropical o templada; las mesetas no son demasiado altas y resultan casi siempre fértiles; la piedra y la madera, materiales de construcción occidentales por antonomasia, son abundantes. En 1523 se inician en la isla La Española las obras de la catedral de Santo Domingo, después de dos versiones anteriores sumamente modestas. Se trata de un templo gótico de tres naves y capillas entre los contrafuertes como era costumbre en España. Sin crucero, con ábside poligonal y bóvedas de crucería simples o complicadas, el único lujo consiste en los detalles escultóricos internos y en un portal renacentista aplicado sobre la fachada. Hubo también en Santo Domingo un importante convento de San Francisco, destruido en el siglo XIX y del que apenas quedan ruinas. En cambio s...

América del Sur

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En 1527, los españoles venidos de Panamá por el Pacífico descubren en Túmbez el imperio incaico. Cuatro años después inician la conquista del Perú, que va a ser aún más sangrienta que la de México , pues los españoles no sólo van a luchar con los indios, sino también entre ellos. Conquista muy dura, puesto que hay que salvar montañas entre las más altas de la tierra, explorar inmensos ríos, dominar llanuras y selvas infinitas. El paso de los religiosos se produce en condiciones muy diferentes a las que habían tenido lugar en América Central. Si bien los primeros franciscanos de México tenían por guía a un flamenco, puede decirse que, en la masa, los que construyeron traían un ideal de forma típicamente hispano. En cambio, desde el principio y durante tres siglos en América del Sur, los frailes constructores en una gran proporción no fueron sólo españoles sino flamencos, alemanes, tiroleses, portugueses e italianos. ⇨  Catedral de La Habana, en Cuba. El interior del te...

Arquitectura colonial

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Para comenzar hay que distinguir dos colonizaciones francamente distintas: la española y la portuguesa. En la española, tres zonas culturales, tres “mundos” se imponen enseguida: a) el Caribe, especie de mar “Mediterráneo de América” de donde partieron los conquistadores; b) la totalidad de Centroamérica, desde California hasta Panamá; c) toda la América del Sur a exclusión del Brasil. Así que éstas serán las tres grandes zonas que se visitarán en este recorrido por la arquitectura colonial. Capilla del Rosario , en la iglesia  de Santo Domingo (Puebla). De estilo barroco mexicano, está con- siderada una obra maestra de la  arquitectura de esta ciudad.   Como se tendrá ocasión de comprobar más adelante, la inmensa mayoría de obras de la arquitectura colonial pertenecen al siglo XVIII. De este modo, desde mediados del siglo XVII, el estilo barroco tomó fuerza en América Latina sobre todo en los actuales territorios de México y Guatemala y en las ciud...

Antigua, capital del barroco latinoamericano

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Fachada de la catedral de Antigua, iniciada en 1669,  sorprende  por la pureza de su estilo español y por  la simplicidad de sus lisas columnas sobre zócalos de los que todo énfasis ha desaparecido.  El centro artístico por excelencia del barroco latinoamericano fue Santiago de los Caballeros de Guatemala, hoy Antigua o Antigua Guatemala, situada a sólo 42 km de la actual capital guatemalteca. Esta ciudad, que en la actualidad está incluida en la lista de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, fue por entonces capital de una audiencia que abarcaba algunas provincias del sur de México y los actuales Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Honduras y El Salvador. Las sucesivas reconstrucciones de la antigua capital centroamericana, debidas a los repetidos terremotos que asolaron la ciudad, dejaron en sus calles el ejemplo de varios estilos como el plateresco, el herreriano y el manierista, pero sobre todo del barroco, trabajado fundamentalmente por e...

La preeminencia del siglo XVIII

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El siglo XVIII representa, sin exagerar, el 70 o el 80 por ciento de lo que queda del conjunto que construyeron los colonos a lo largo de toda la América española. Hay razones para esta preeminencia: del siglo XVI quedan pocos monumentos. Muchos de ellos y otros muchos del siglo XVII fueron agrandados o enriquecidos en el XVIII. Después, pese a la relativa contribución del neoclásico, puede decirse que la historia eclesiástica se detuvo. Es lógico que los edificios que sobresalen aún hoy pertenezcan en su inmensa mayoría al siglo XVIII y esto desde California hasta el sur de Chile. Fachada de la catedral de Zacatecas  (México). Ejemplo del barroco colonial, aquí se muestra un detalle de la fachada de estilo churrigueresco, con una exuberante y rica decoración de vides y angelitos sobre columnas salomónicas que flanquean las imágenes de los santos. Fue construida entre 1730 y 1752. Catedral de Oaxaca (México). Vista parcial de la fachada de estilo barroco del siglo XVIII...

Las grandes ciudades precolombinas

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Vista de la gran plaza del Zócalo, en Ciudad de México, con la catedral Metropolitana y el palacio de Gobierno al fondo.  En el urbanismo de las grandes ciudades precolombinas como Tenochtitlán, la actual Ciudad de México, o Cuzco, la capital inca, se aprovecharon los edificios emblemáticos indígenas para situar en ellos los nuevos centros de gobierno y de culto religioso. Así, el antiguo centro ceremonial de Tenochtitlán se convirtió a partir de la llegada de los españoles en la plaza mayor, la catedral y el palacio del virrey. Respecto a los nuevos asentamientos, la construcción en la América hispana se rigió por una serie de Instrucciones y Ordenanzas que constituyeron un modelo urbanístico incluso en Europa. Entre tales normas se contemplaba no sólo la necesidad de elegir un emplazamiento idóneo con agua, materiales de construcción cercanos, tierras aptas para el cultivo y fáciles comunicaciones, sino también las dimensiones de la plaza mayor y los edificios represent...

Las escuelas de imagineros

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A partir de la segunda mitad del siglo XVI comenzaron a desembarcar en América Latina obras de arte europeo para decorar los nuevos edificios civiles y religiosos. Poco después llegaban también los primeros pintores y escultores, la mayoría de ellos procedentes de España, Flandes e Italia. En el área andina, el paso del jesuita italiano Bernardo Bitti por Lima y Cuzco dio inicio a la difusión de los conocimientos artísticos europeos, en su caso de estilo manierista tardío. La posterior llegada de Mateo Pérez de Alesio y de Angelino Medoro, quienes trabajaron en Lima, Santa Fe de Bogotá y Quito, consolidó las influencias italianas sobre artistas posteriores, entre ellos Gregorio Gamarra, Lázaro Pardo Lago y Luis Riaño. Catedral de Córdoba  (Argentina). En contraste con el clasicismo de la fachada, ejecutada bajo la dirección de Blanqui, la gran cúpula, construida a mediados del siglo XVIII por el arquitecto sevillano Vicente Muñoz, es un perfecto ejemplo de dinamism...