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José María Velasco (1840-1912)



Velasco y Gómez-Obregón, José María (Temascalcingo, Estado de México, 6 de julio de 1840 - Villa de Guadalupe Hidalgo, Ciudad de México, 26 de agosto de 1912) fue un pintor paisajista mexicano.

Biografía

Infancia

José María Velasco nació el 6 de julio de 1840 en Temascalcingo, Estado de México, según se lee en su fe de bautismo, recibió los nombres de José María Tranquilino Francisco de Jesús Velasco y Gómez-Obregón.​ Fue el primero de 5 hijos de don Felipe Velasco y de doña María Antonia Gómez-Obregón de Velasco. En el año de 1849 su familia se trasladó a la Ciudad de México, en donde a los 5 meses de su llegada murió don Felipe, padre de José María, víctima de una epidemia de cólera morbo que asoló a la ciudad en el año de 1850. A partir de la muerte de su padre, José María trabajó como dependiente de una tienda de ropa, al mismo tiempo que hacía sus estudios en el Colegio Lancasteriano de Santa Catarina Mártir, en donde empezó a sentir una gran afición por el dibujo y también a mostrar grandes aptitudes. Mientras vendía rebozos entró a tomar clases a la Escuela de Bellas Artes de la Academia de San Carlos en su horario nocturno. Ahí fue alumno del italiano Eugenio Landesio que lo llevó por los caminos del realismo y el arte del paisaje.

Ya en 1858, gracias a sus estudios, a los 18 años le otorgan la plaza de profesor en la Academia de San Carlos en la materia de Perspectiva. Así continua sus estudios en anatomía, zoología, geografía y arquitectura; conocimientos clave para plasmar en sus pinturas realistas una técnica depurada, creando un estilo muy identificable. "Fue ese sentido visual, su sensibilidad y sus conocimientos que le imprimieron a sus paisajes una personalidad propia".​

Primeros años en San Carlos

En el año de 1855 terminó sus estudios primarios y fue en este mismo año, por conducto del señor Luis Ponce de León, en que José María pudo ingresar a la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de México para estudiar, por las noches, lo que a él le apasionaba. Durante tres meses permaneció Velasco dibujando en los corredores de la Academia, bajo la dirección del señor Miguel Mata, hasta que junto con el escultor Felipe Sojo, tuvo la oportunidad de recibir clases del señor Juan Urruchi. Pocos meses después, ingresó a la clase de paisaje impartida por el célebre pintor italiano don Eugenio Landesio, originario de Turín, quién vino a México por iniciativa del Director de la academia, el pintor español Pelegrín Clavé, ya que Landesio, habiendo sido discípulo de Carlos Markó, dominaba la técnica del paisaje. Landesio habló mucho a sus alumnos sobre las reglas de composición, les refirió sus estudios, sus obras, las de Markó, les hacía notar todas las bellezas que encontraba a su paso, tomando en cuenta los muchos detalles de luz, color y forma. Por otro lado, desde que Velasco se inició en los corredores de la Academia con sus primeros ensayos, emprendió también el estudio de las ciencias que a su modo de ver eran convenientes para su futura profesión.

Tomó las clases de Anatomía impartidas por el Dr. Manuel Carpio, estudió Geología en el Palacio de Minería, también tomó clases de Botánica, Zoología, Matemáticas y Física.

La escasez de recursos económicos fue una gran presión que lo llevó a dudar proseguir con sus estudios, hasta que, en el año de 1860, procedente de Europa, llegó el pintor Santiago Rebull para ocupar el puesto de Director General de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de México. Landesio y Rebull organizaron ese año un concurso, cuyo premio sería una pensión para el ganador, premio que obtuvo Velasco con su obra del Exconvento de San Agustín. Ese triunfo, aparte de solucionar sus problemas económicos, lo llenó de confianza y entusiasmo y acometió los trabajos relativos a su carrera con más bríos y resueltamente, se lanzó al campo con el fin de pintar del natural.

En la época en que ingresó José María Velasco a la Academia de San Carlos, el tema imperante de los pintores de México era la figura humana en sus distintas variantes: composiciones religiosas, mitológicas, históricas, etc. Haber dedicado la mayor parte de sus obras a la representación de la naturaleza, lo coloca como un innovador de la pintura y la ecología de su época. Su sentido visual, su sensibilidad y sus conocimientos, le permitieron percibir más allá de lo que un ser normalmente dotado puede observar respecto a la forma, coloraciones y características del paisaje.

Cuando Velasco inició formalmente sus estudios, sus trabajos fueron grandemente influidos por la técnica de Landesio, pero pronto, Velasco percibe el paisaje de México con sus ojos de mexicano apartándose poco a poco de las características académicas del arte que se hacía en la segunda mitad del siglo XIX, logra con personalidad propia y bien formada, crear obras maestras que le valieron su consagración tanto en América como en Europa.

Vida profesional y familiar

En el año de 1868, Velasco fue nombrado Profesor de Perspectiva y fue entonces cuando renunció a la pensión que disfrutaba. En este mismo año contrajo matrimonio con la señorita Luz Sánchez Armas Galindo, siendo sus testigos de bodas su hermano el Dr. Ildefonso Velasco y su maestro Eugenio Landesio, lo que deja ver la amistad que ya existía entre estos dos paisajistas fuertemente identificados.

Producto de su matrimonio nació su hija Mercedes Velasco Sánchez Armas, cuyos descendientes rindieron homenaje al pintor en 2007.​

En el año de 1888 tuvo el honor de ser comisionado por el Gobierno de México como jefe de la delegación que asistiría a Francia llevando pinturas de varios autores, para ser exhibidas en la Exposición Universal de París, con la que se conmemoraba el primer centenario de la Revolución francesa. Fueron 68 las obras que se presentaron de Velasco en esa ocasión.

En 1893 concurre a la Exposición Mundial Colombina de Chicago, a la exposición con la que se festejaba el cuarto centenario del descubrimiento de América.

Últimos años

Por ese entonces sufrió un ataque al corazón, pero no se deja vencer por la enfermedad y sigue pintando. En el año de 1902 deja la clase de Perspectiva en la Academia de San Carlos. A partir del año de 1905, aunque su producción sigue siendo cuantiosa, pinta casi exclusivamente en su casa de la Villa de Guadalupe Hidalgo, donde muere el 26 de agosto de 1912. Fue sepultado en el panteón del Tepeyac.


Galería
Autorretrato, 1860

Patio del ex convento de San Agustín, 1860

Punto al Arte