Apollinaire,
el poeta de las vanguardias
No sería
exagerado afirmar que la importancia de Guillaume Apollinaire para la
cristalización y difusión del cubismo es prácticamente tan decisiva como la
labor realizada por los pintores más destacados de este movimiento artístico de
principios del siglo XX. Apollinaire y Salmon fueron los primeros en respaldar
las innovaciones de Picasso y Braque y el autor del poemario Alcoholes
ratificó, en el prefacio que realizó para una exposición cubista en el Cercle
des lndépendents de Bruselas, la denominación de cubismo, que habría de hacer
fortuna.
Y es que
la vida y la obra de este poeta francés es imprescindible para comprender la evolución
de las vanguardias de los primeros años del siglo XX, pues siempre estuvo
vinculado a la vida artística parisiense. De este modo, podemos afirmar que
Apollinaire -poeta que teorizaba sobre pintura, amante de la pintura que
escribía poesía- se convirtió en el artista que logró salvar la distancia que existía
entre literatura y pintura modernas.
Nacido en
Roma en 1880 y muerto en París a consecuencia de una epidemia de gripe en 1918,
Wilhelm Apollinaris Kostrowizky llegó a la capital francesa en 1899.
A pesar de que escribió excelentes novelas eróticas,
como Las hazañas de un joven Don Juan,
sin duda Apollinaire es conocido por sus poemas -Alcoholes, Caligramas, Poemas a
Lou-, en los que, desde los primeros versos, muestra los temas y obsesiones que
marcarán su obra: el erotismo, la angustia y el amor.