Movimiento artístico común a las artes plásticas, la arquitectura, la literatura y la música, que se desarrolló a fines del s. XIX y principios del XX.
El modernismo recibió distintos nombres, según los países: Modern Style en Gran Bretaña y EE.UU., Art Nouveau en Bélgica y Francia, Jugendstil en Alemania, Sezession en Austria y Liberty o Floreale en Italia. El estilo, que deriva de la pintura de los prerrafaelistas ingleses, del simbolismo y del movimiento Arts and Crafts, se impuso en Europa y EE.UU. entre 1890 y 191 O. Respondió a un intento deliberado de crear un estilo nuevo, distinto del historicismo que imponía la imitación servil de las obras del pasado medieval o clásico. Se caracterizó por el uso de líneas sinuosas en arabesco, que recuerdan formas orgánicas, y por el predominio de las asimetrías. Se aplicó a las artes plásticas, la arquitectura, el diseño de interiores, la joyería, la cristalería y la ilustración. El movimiento se inició en Gran Bretaña con la obra del ilustrador A Bearsdley, que alcanzó gran popularidad, y se extendió rápidamente por el resto de Europa y EE.UU. En las artes decorativas destacan el diseñador de cristalería estadounidense L. C. Tiffany y el diseñador de joyas francés R. Lalique. En 1890 la Exposición Universal celebrada en París consagró el nuevo estilo. En Francia hubo dos centros: Nancy, con el refinamiento de tmile Gallé (son notables sus cristales y muebles), y París, dominado por la figura del pintor H. Toulouse-Lautrec, y marcado por sus estaciones de Metro, coronadas por retorcidas orquídeas de hierro, obra de Hector Guimard.
La arquitectura modernista se caracteriza por la fusión entre elementos estructurales y ornamentales: los materiales se combinan con gran libertad, hierro forjado, vidrio, cerámica y mampostería para unificar interiores en los que las columnas parecen plantas trepadoras y las ventanas son a la vez oberturas para iluminar y membranas que recubren la superficie exterior. Este tratamiento era radicalmente opuesto a los valores tradicionales de la arquitectura clásica, que postulaban claridad en la distinción entre elementos estructurales y ornamentales. Los arquitectos modernistas de mayor interés fueron el escocés C. R. Mackintosh, que se distingue por el uso de formas geométricas y que diseñó muchos elementos de mobiliario; los belgas Henry van de Velde y Victor Harta; en EE.UU., el arquitecto L. H. Sullivan, y, el más original y vigoroso, el español A. Gaudí. En Austria destacaron, asimismo, los arquitectos Otto Wagner, J. Hoffmann y J. M. Olbrich, y el pintor G. Klimt, impulsor de la Sezession vienesa. Uno de los centros más interesantes fue Barcelona, donde se hallan la mayoría de las obras de A Gaudí, que diseñó edificios a partir de formas curvas y bulbosas, que se desarrollan como organismos brillantemente coloreados, como la casa Vicens o el Palacio Güell (1886-91), y también Doménech i Montaner, con su edificio para el restaurante de la Exposición Universal de 1888. Ambos reaccionaban contra el neoclasicismo, su espacio paralelepípedo, su decoración de contornos lisos y la ausencia de color, oponiéndole una nueva búsqueda de dimensión espacial, absoluta libertad compositiva y exuberante decoración. El grupo barcelonés "Els Quatre Gats", introductor del impresionismo, centró el interés de la evolución modernista de las artes plásticas; los artistas más destacados fueron I. Nonelll, R. Casas, M. Hugué y S. Rusiñol, este último más por su papel de catalizador que por su obra. Con la aparición del funcionalismo, este movimiento artístico pareció anticuado y el término modernista tomó un cariz peyorativo. No habría de ser redescubierto hasta la década de 1960. Fue un movimiento importante por su contribución a la unidad del diseño en las artes decorativas.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat
Artistas del Art Nouveau
Artistas del Modernismo