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Mostrando las entradas etiquetadas como 06 Arquitectura cluniacense y cisterciense

San Bernardo de Claraval

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San Bernardo de Claraval (Museo de Mallorca, Palma de Mallorca). En la tabla central del Re- tablo de San Bernardo procedente de la capi- lla de los Templarios del palacio de la Al- mudaina, del siglo Xlll, se representa al que fuera fundador y primer abad de Clairvaux. San Bernardo de Claraval nació en el castillo de Fontaine, cerca de Dijon, en el año 1090 y murió en Clairvaux en 1153. La vida del que fuera fundador y primer abad de Clairvaux resulta fundamental para comprender la expansión de la Orden cisterciense por toda Europa, que tanta influencia habría de tener en los siglos posteriores en el curso de la historia del Viejo Continente. Sabidas son las reglas principales de la Orden cisterciense, que debe guiarse por la austeridad y la vida sencilla. Pero San Bernardo supo manejar también con gran eficacia los hilos que controlaban el importante poder que residía en el papado de Roma. Para ello, a la muerte del papa Honorio II, y cuando habían sido elegidos dos pontíf...

La grandeza cluniacense

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La reforma de la Orden de San Benito, iniciada por los monjes franceses de la abadía de Cluny, había de tener consecuencias importantes para el Arte. Hasta entonces las casas benedictinas no habían tenido entre sí más vínculo de unión que los preceptos de la regla del fundador; no existía una autoridad común general para toda la Orden; los monjes de cada monasterio elegían de entre ellos mismos su propio abad y no mantenían con las otras abadías trato de dependencia ni sujeción alguna, como no fuera la que procedía de vivir los benedictinos según los preceptos de la regla escrita por San Benito. Como, además, por este tiempo, la vida monástica en Occidente estaba reducida a la Orden benedictina, no reinaba siempre aquella disciplina y fervor religioso que después se despertó por la competencia entre las nuevas Ordenes mendicantes de franciscanos y dominicos. Vendimador (Musée du Louvre,París). En este deta- lle de un capitel de la abadía de Montiers-Saint-Jean se manifiesta el...

La austeridad cisterciense

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La reforma de Cluny había obedecido tan sólo al deseo de conseguir mayor disciplina, estableciendo una jerarquía entre los cenobios antes independientes; pero este régimen centralizador hizo que la Orden se enriqueciera, lo que produjo otra clase de pecado: el orgullo, y otra inmoralidad: el abuso del poder. Fue una segunda recaída que obligó a una nueva reforma. Esta se realizó en el monasterio de Citeaux (Cister), también en Borgoña, por iniciativa de San Bernardo, el hermano espiritual de Pedro el Ermitaño, predicador de la Primera Cruzada. El Cister no era, como Cluny un lugar absolutamente nuevo para la vida religiosa: ya a principios del siglo XI tres monjes de Solesmes, que en vano se habían esforzado por reformar su abadía, se marcharon a Lyon, y allí, con cuatro compañeros que se les agregaron, pidieron al obispo que les concediera un lugar apartado donde pudieran practicar la regla de San Benito en todo su rigor. Concedido el permiso y asociados pronto a nuevos monjes, en n...