Arte que se desarrolló, hasta
1830, en las regiones que constituyen la actual Bélgica.
Arquitectura
Apenas quedan restos en Flandes
de los monumentos imperiales romanos y de la época prerrománica. La agitada
historia militar de estas regiones, campo de batalla europeo durante siglos, ha
contribuido también a la destrucción de gran cantidad de construcciones del
período románico. Los monumentos más importantes de esta época, que aún
existen, son la catedral de Tournai (empezada en 1110), con cuatro grandes
campanarios cuadrados que flanquean un cimborrio central, y el impresionante
castillo de los condes de Flandes, en Gante, construido a fines del s. XII,
según el estilo de las fortificaciones siríacas de la época de las primeras
cruzadas. Los edificios góticos. en cambio, son abundantes: iglesias que
emplean el ladrillo en la zona marítima (San Salvador y Nuestra Señora, de
Brujas) y la piedra en el Brabante y en la zona valona (Tongres. Dinant y Santa
Gúdula de Bruselas). La arquitectura civil, en este período, levanta las
grandes torres fortificadas de las municipalidades, llamadas beffrois (Brujas, Gante, Tournai), los
palacios comunales -de gran fantasía decorativa (Brujas, Bruselas, Oudenarde,
etc.)- y las lonjas o halles, entre las cuales destaca la de Ypres (s. XIV). El
gótico flamígero se desarrolla ya en el s. XVI y tiene sus mejores obras en
Lieja (Saint-Jacques y Saint-Martin). A partir del s. XVI los ejemplos
arquitectónicos del Renacimiento italiano y francés influyen en las grandes
construcciones del Palacio Episcopal de Lieja y del Palacio Comunal de Amberes
(1561-65). El barroco, transformado por los arquitectos flamencos, produce la
exuberancia triunfal de San Carlos Borro meo de Amberes, que se acentúa en las
abadfas de Averbode y Grimbergen y, a fines del s. XVII, el conjunto fantástico
de los edificios corporativos que, junto con el ayuntamiento, de estilo gótico,
constituyen la Gran Plaza
de Bruselas. La escultura barroca crea una serie de púlpitos que rivalizan en
dinamismo de líneas y complejidad. En el s. XVIII se levantaron en Bruselas
numerosos palacetes privados al estilo francés y se realizó la urbanización de
La pintura de esta época
constituye la gloria del arte flamenco, que empieza a proporcionar grandes
figuras en el período del gótico internacional, como Melchor de Broederlam
(fines del s. XIV) y los geniales miniaturistas Jacomart de Hesdin, Jean
Malouel y, sobre todo, Jean y Paul de Limbourg, autores de las célebres
ilustraciones del códice Las muy ricas
horas, del duque de Berry. La perfección técnica y el gusto poético y
refinado de la miniatura pasan a la pintura sobre tabla, cuyo iniciador es el
genial pintor Jan Van Eyck. Su políptico El
Cordero Místico (San Bavón, Gante) es una de las obras capitales de la
historia del arte y el origen de la famosa escuela flamenca. Rogier van der Weyden, Dierick Bouts, Hans Memling, Hugo van der Goes, etc., que también
formaron parte de esta escuela, realizaron, a lo largo del s. xv. una serie de
obras maestras caracterizadas por la agudeza óptica con que es captada la
realidad y por unos colores impregnados de luz que, pese a tratar con una
precisión increíble el mínimo detalle, logran un efecto de conjunto igualmente
sintético y grandioso. La pintura del período renacentista oscila entre la
tradición eyckiana (Quentin Metsys, Pieter Pourbus, Antonio Moro) y el
italianismo (Jean Mabuse, Frans Floris, Martin de Vos), y produce dos
personalidades extraordinarias: Hieronymus Bosch, conocido en España como El
Basca, famoso por su fantasía macabra y grotesca que prefigura ciertos aspectos
del surrealismo moderno, y Pieter Brueghel, observador atento de la vida de su
tiempo, a través de una visión personal que le convierte en un gran poeta de la
vida rústica. Al igual que en la arquitectura, la influencia del Renacimiento
italiano y francés se manifiesta en las obras escultóricas de Cornelis Floris,
de Jean Mane y de Jacques Dubroeucq. La pintura barroca está dominada por las
grandes figuras de Pedro Pablo Rubens, que transforma bajo su poderosa
personalidad el italianismo flamenco en un lirismo triunfal, y por Antoon Van Dyck, cuyos retratos, de una noble elegancia, influirán decisivamente en la
pintura inglesa. En torno a ellos, Jacob Jordaens, Snyders. Brouwer, gran
influencia en Inglaterra y en los Países Bajos. Los arquitectos italianos de
Fontainebleau (Primaticcio, Serlio, etc.) formaron también una serie de
discípulos, autores de gran parte de la arquitectura renacentista francesa. En
el s. XVII, bajo el impulso de Enrique IV, aparece una segunda escuela de
Fontainebleau, de calidad inferior a la precedente, cuyos pintores (J. Dhoey,
A. Dubois, M. Fréminet, etc.) mezclaron el manierismo miguelangelesco con una
fuerte influencia flamenca.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
Artistas del Arte Flamenco
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