Este pintor experto en la obra de Cézanne, Gris y Gauguin rompió todos los esquemas pictóricos conocidos hasta entonces cuando en 1916
publicó su manifiesto sobre el suprematismo. Tras una primera época figurativa
que recuerda las formas de Picasso y Léger, el pintor optaría por centrar su
obra en la configuración esencial de las composiciones, creando tensas
concordancias de ritmos desplegados en el espacio de la tela. Sobre el tema del
cuadrado negro sobre fondo blanco, Malevich realizó innumerables versiones,
eligiendo ésta como estandarte para su entierro.
(Museo Estatal Ruso, San Petersburgo)
Fuente: Historia del Arte. Editorial
Salvat
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