Orrente, Pedro de (Murcia, h. 1580-Valencia, 19 de enero de 1645) Pintor barroco español, natural de Murcia pero formado en Toledo. Por Jusepe Martínez, quien seguramente llegó a conocerlo, consta que completó su formación en Italia con Leandro Bassano, cuya influencia se advierte inequívocamente en su obra junto con la de otros maestros italianos, lo que unido a sus constantes desplazamientos dentro de la península hace de Orrente un artista clave en la formación y difusión del naturalismo tanto en Castilla como en Valencia.
Biografía
Hijo de Jaime de Horrente, mercader de origen marsellés establecido en Murcia en 1573, donde casó con Isabel de Jumilla, Orrente fue bautizado el 18 de abril de 1580 en la iglesia de Santa Catalina de esa misma ciudad. Consta documentalmente la relación amistosa de su padre con un Juan de Arizmendi, pintor de quien nada más se sabe, que quizá fuese el primer responsable de su formación antes de abandonar Murcia. En 1600 se encontraba ya en Toledo donde contrató, «libre y fuera de curaduría», el retablo de la Virgen del Saz en la villa de Guadarrama (Madrid), obra no conservada.
No vuelven a tenerse noticias hasta 1604, cuando un tal Jerónimo de Castro se comprometía a pagar en Murcia al padre del pintor por un San Vidal que Orrente había pintado para él. Se deduce que Pedro se hallaba ausente, quizá en Italia, no reapareciendo documentalmente hasta 1607, de nuevo en Murcia, concertando los servicios de una criada. En 1612, avecindado en Murcia, contrajo matrimonio y fechó la Bendición de Jacob de la colección Contini, obra ya plenamente bassanesca, además de dar poder a Angelo Nardi para que cobrase en su nombre un lienzo que había pintado para un platero de Madrid, lo que implica la existencia de una relación amistosa con el pintor italiano, a quien pudo conocer en la propia Italia o en algún viaje no documentado de Orrente a la corte, donde Nardi se había establecido en 1607.
Amigo de «mudar tierras», según dijo de él Jusepe Martínez, hacia 1616 debía de encontrarse en Valencia, donde pintó el monumental Martirio de San Sebastián de su catedral y rivalizó con Francisco Ribalta. Un año posterior es el Milagro de Santa Leocadia pintado para la catedral de Toledo, que cobró llamándose «vecino de Murcia». Es posible que en estos desplazamientos entre Murcia y Toledo parase algún tiempo en Cuenca, donde Cristóbal García Salmerón se demuestra estrecho seguidor de su obra y quizá discípulo.
En 1624 solicitó en Murcia ser admitido como Familiar del Santo Oficio, pero en 1626 se encontraba de nuevo en Toledo donde Alejandro de Loarte le nombró albacea testamentario y recibió como aprendiz a Juan de Sevilla, hijo del escultor Juan de Sevilla Villaquirán, el único discípulo documentado. Allí trabó amistad con Jorge Manuel Theotocópuli, hijo de El Greco, apadrinando junto con su esposa a dos de sus hijos en 1627 y 1629. Este mismo año, avecindado en Toledo, contrató el retablo mayor y colaterales del convento de franciscanos de Yeste (Albacete), parcialmente conservados, llamándosele en el documento pintor de Su Majestad, en alusión, quizá, a los cuadros de Orrente que por orden del conde-duque de Olivares habían sido empleados en la decoración del nuevo Palacio del Buen Retiro.
En 1630 cobró una cantidad muy estimable de la catedral de Toledo por un Nacimiento de Cristo pintado para la capilla de los Reyes Nuevos, en competencia con la Adoración de los Reyes de Eugenio Cajés, de la que salió, según Palomino, «muy ventajoso Orrente». Las noticias de su estancia en Toledo llegan hasta 1632, cuando contrató un retablo para el convento de San Antonio de Padua del que nada se conserva. En febrero de 1633 un despacho de la Inquisición en relación con su pretensión de obtener la familiatura se refiere a él y a su mujer como vecinos de Espinardo, localidad próxima a Murcia. La siguiente noticia es ya de 1638, encontrándosele en Murcia en propiedad de dos casas. Pero sólo un año después había abandonado de nuevo la ciudad, pues un tal Lorenzo Suárez hubo de hacerse cargo del retablo de la Concepción que había dejado inconcluso. Parece probable que se trasladase a Valencia, donde el 17 de enero de 1645, viudo y sin hijos, y con una holgada situación económica, hizo testamento. Murió dos días más tarde, siendo enterrado en la iglesia de San Martín de aquella ciudad. Discípulos o seguidores suyos en esta etapa valenciana, según se aprecia en sus respectivas obras, fueron Esteban March, Pablo Pontons y el también murciano Mateo Gilarte.
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