Hals, Frans (Amberes, entre 1581 y 1585 - Haarlem, 26 de agosto de 1666) Pintor neerlandés perteneciente a la escuela barroca holandesa. Es uno de los grandes maestros en el arte del retrato. Despierta gran admiración por la brillantez en la representación de la luz y la libertad en el manejo de los pinceles, con una pincelada rápida y suelta precedente del impresionismo.
Biografía y obra
Sombras en su biografía
La escasez de documentos y la ausencia total de escritos personales de Frans Hals hacen que su personalidad y su vida permanezcan un poco en la oscuridad. Hay varias fechas hipotéticas sobre su nacimiento, que pudo ser hacia 1582-1583, deducidas de la edad que sus biógrafos calculan que tendría cuando murió, aunque con seguridad nació en la ciudad flamenca de Amberes. Era hijo de Franchois Fransz Hals von Mechelen (1542-1610), un comerciante de telas y su segunda esposa Adriaentje van Geertenryck. Como muchos, tras la caída de la ciudad en 1584-85, la familia la abandonó, trasladándose a Haarlem. Ya en 1591 fue bautizado allí su hermano Dirck, que también se dedicaría a la pintura.
Después de la caída de Amberes a manos de las tropas españolas en la Guerra de los Ochenta Años, que supuso la fragmentación de Flandes, su familia se instaló en Haarlem, en la zona norte, de donde sus padres eran originarios. En dicha ciudad vivió Hals toda su vida. La biografía del pintor corre en paralelo con la independencia de los Países Bajos de la monarquía española.
Los estudios más recientes han desterrado la idea que sobre el pintor se tenía desde antiguo sobre una vida libertina y un incorregible vicio por el alcohol, basándose en adornadas anécdotas sin evidencia que las documente de sus primeros biógrafos. Hals y su hermano pertenecían a la asociación literaria De Wijngaertranken (“Los bebedores de vino”) y a la milicia cívica de San Jorge, y era también miembro de la cámara de rectores y presidente desde 1644 del gremio de pintores de Haarlem. La rectitud y puritanismo de estas sociedades no encaja con que Hals tuviera malas costumbres y vicios conocidos.
Comienzos
Entró el joven artista en el taller del pintor flamenco Karel van Mander (1548–1606), que también recaló allí huyendo del empuje español en la zona. La academia de este maestro dedicaba su estudio a una técnica manierista. Pero a finales del siglo XVI, debido a la influencia de la pintura italiana, surge un arte de cierta inspiración clasicista que se dejará traslucir en las obras del primer Hals. Por ello, no se nota la influencia de Van Mander en este período.
Su emancipación laboral se produce cuando alcanzó cierta madurez artística. Coincide con su ingreso en la Sint-Lucasgilde, la guilda de San Lucas en 1610, célebre gremio de artistas de Haarlem con sucursales en Amberes, Utrecht, Delft y Leiden. La obra más antigua de Frans Hals, cuya autoría se conoce con seguridad, es el retrato de Jacobus Zaffius (1611; Museo Frans Hals de Haarlem).
Es en 1610 también cuando contrae matrimonio con Anneke Hermansz, también creyéndose antiguamente que esta unión no fue feliz pues algunos historiadores habían documentado que Hals tuvo que comparecer ante los tribunales por malos tratos a su primera mujer. Como ha señalado el biógrafo Seymour Slive, se debió a confundirlo con otro residente de la ciudad de nombre similar. De hecho, para cuando los cargos fueron presentados, el Frans Hals pintor ni siquiera tenía esposa, pues Anneke había fallecido en mayo de 1615 poco después del nacimiento de su tercer hijo. En 1617, tras un viaje fugaz a Amberes (quizá para ponerse en contacto con Rubens), se casó con Lysbeth Reyniers, la joven hija de un pescadero que había contratado para cuidar de sus niños, por que ella ya estaba embarazada de ocho meses. Hals fue un padre devoto y tuvieron ocho hijos.
Consolidación: Entre el éxito y las deudas
La tradición retratística holandesa alcanza su cumbre con Frans Hals, consiguiendo sacarla del mutismo y retratando sus figuras en movimiento. Su gran aportación vino en 1616, con el retrato colectivo, Banquete de oficiales de la milicia cívica de San Jorge. Este encargo prueba que el pintor ya había alcanzado cierta reputación como artista. Desde este cuadro, los encargos se hicieron muy habituales tanto de particulares como de instituciones.
Aunque la obra de Hals fue muy demandada durante su vida, tuvo graves dificultades financieras, no se sabe si por una vida derrochadora o por tener que mantener una gran familia tras un segundo matrimonio con una mujer humilde. Además de pintar, trabajó como marchante, restaurador de arte y maestro de pintura.
A partir de 1640, un nuevo giro en la moda del retrato se observa en los países nórdicos. Empiezan a preferirse retratos con mayor aire de distinción y de nobleza, como los de Antonio Moro o Antoon van Dyck, donde se representan caros ropajes con vivo colorido y pincelada muy detallista. Esto repercutió sensiblemente en los pedidos del retratista neerlandés, que pintaba de manera muy abocetada y con un colorido restringido. A pesar de esto, en los ambientes artísticos oficiales, se sucedían los reconocimientos, como en 1644, en que fue elegido presidente del gremio de San Lucas de Haarlem.
Ante esta falta de trabajo, Hals intenta abrir nuevos caminos y funda un taller hacia 1650. Pero la empresa no debió ser afortunada porque en 1652 su economía toca fondo. Sus acreedores lo demandaron en varias ocasiones, y en ese año pagó su deuda con un banquero vendiendo sus pertenencias. El embargo de su patrimonio solo pudo requisar tres colchones, almohadas, un aparador, una mesa y cinco cuadros. La ciudad en reconocimiento le ayudó en sus gastos, proporcionándole vivienda gratuita y aprovisionamiento de combustible.
Esta situación le hizo dimitir del cargo directivo del gremio y en 1661, se le exime, debido a su avanzada edad, del pago de la cuota correspondiente. El municipio de Haarlem también le concedió una anualidad de 200 florines en 1664.
Frans Hals murió en Haarlem en 1666 y está enterrado en la Catedral de San Bavón de la localidad. Su viuda murió unos años después en un hospital de caridad de la beneficencia local.
Características de su técnica pictórica
Levedad del dibujo preparatorio
Se ha creído con ligereza que Hals no tenía una técnica muy depurada y que pintaba apenas sin correcciones o dibujos preparatorios. Pero estudios científicos y técnicos han demostrado que esto no es así. Es cierto que los trabajos menos conocidos fueron apuntados sin correcciones ('alla prima'), pero la mayoría de sus obras fueron creadas a partir de varias capas, como era costumbre en esa época. A veces el esbozo era hecho con tiza o pintaba sobre una capa base gris o rosa, para luego completar el cuadro por fases. Parece como si el maestro normalmente usara los esbozos muy tenuemente. Esto demuestra que Hals utilizaba su virtuosismo desde el inicio del cuadro. La ausencia de líneas delimitadoras o de dibujo preparatorio fue cada vez más usada por el pintor en sus obras de madurez.
Psicología del retrato
Frans Hals manifestó durante su vida una tremenda audacia y un gran coraje que empaparon sus propios lienzos. Tenía la capacidad de plasmar la psicología del personaje. A diferencia de otros retratistas contemporáneos, no diferenciaba en su pintura si era por encargo o no. Utilizaba la misma diligencia y precisión en cualquiera de sus obras.
"Una inusual manera de pintar que superaba a la de casi cualquiera" escribió su primer biógrafo, Theodorus Schrevelius, en el siglo XVII, sobre su técnica pictórica. En realidad, esta técnica no fue creación original de Hals, ya existía en la pintura italiana barroca, aunque probablemente Hals la tomó de sus contemporáneos flamencos: Rubens y Van Dyck.
A comienzos del siglo XVII, ya sorprendía la vitalidad de los retratos de Frans Hals. Schrevelius apuntaba que su obra reflejaba "tal potencia y vida" que el pintor "parecía alcanzar el natural con sus pinceles". Siglos después, Vincent Van Gogh escribía a su hermano Theo: "Qué alegría es ver a Frans Hals, qué diferente son sus pinturas -muchas de ellas- donde todo está cuidadosamente alisado del mismo modo".
Colorido preimpresionista
Hals eligió no darle un acabado definido a sus pinturas, como hacían casi todos sus contemporáneos, pues imitaba la vitalidad de sus retratados usando manchas, líneas, gotas, grandes parches de color, que conformaban los detalles.
No fue hasta el siglo XIX que esta técnica tuvo seguidores, particularmente en el Impresionismo. Se puede considerar al pintor holandés como un precursor, usando la técnica impresionista en los cuadros de las milicias o los retratos de los regentes del asilo de Haarlem.
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