En este óleo de 1917 se muestra la obsesiva insistencia
de Picabia por las estructuras mecanicistas en perpetuo movimiento que
caracterizarían su obra posterior. Aunque cultivó todo tipo de manifestaciones
pictóricas de la vanguardia, obras como Voila
la femme y la Novia, de 1915 y
1917 respectivamente, le acercarían progresivamente hacia un cubismo de
brillante colorido, más cercano al pictoricismo de Miró que al estilo monocromo
de Picasso o Braque. Heredero directo en esta época del maquinismo reivindicado
por los futuristas italianos, Picabia daba a conocer a través de estas obras su
imperiosa necesidad del movimiento y el cambio constantes.
(Colección privada)
Fuente: Historia del Arte. Editorial
Salvat
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