Réplica romana en mármol del original en bronce del siglo II a.C. La instantaneidad del movimiento -Artemisa tomando una flecha de su carcaj- se concentra en los brazos y en la disposición de las piernas. Como hábil contrapunto, la cabeza levemente echada hacia atrás, frena el movimiento y subraya la eternidad de la fugitiva aparición.
Musée du Louvre, París
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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