Galán Romo, José Julio (Múzquiz,
Coahuila; 5 de diciembre de 1959 - Zacatecas, 4 de agosto de 2006) fue un pintor
mexicano de arte contemporáneo, de los años 1980.
Biografía
Estudió la carrera de
arquitectura en la Universidad de Monterrey, la que dejó inconclusa, para
finalmente dedicarse exclusivamente a la pintura. Radicó la mayor parte de su
vida en Monterrey, a dónde llegó a estudiar desde los nueve años de edad. Tuvo
estancias en Nueva York y Europa. Realizó gran cantidad de exhibiciones
individuales. A los veinte años de edad, en 1979, obtiene el segundo premio
laureado de pintura del Centro de Arte Vitro Monterrey. Su primer galerista
individual en Monterrey es Guillermo Sepúlveda, de la Galería Arte Actual
Mexicano, desde 1980.
Julio Galán destaca por haber
renovado el panorama de la plástica mexicana de los años 1980. La obra de Galán
se caracteriza por que retoma el nacionalismo, los ideales mexicanos exentos de
idealización, llevados a una realidad que toca el drama, el humor, el sarcasmo
y lo cotidiano, pero con una carga fuerte de vanidad, con trazos gruesos, colores
opacos y cuestionamientos profundos del «yo» son parte esencial de su obra.
Luis Carlos Emerich, en el
catálogo de la exposición que se presentó en la Galería Enrique Guerrero en
1998, dice sobre Julio Galán, «y por otro, para descartar el valor simbólico de
la imagen a manera de íconos o juguetes o de dolores y placeres extraídos del
arcón de la nostalgia, como una broma tierna pero negra acerca de los valores
normativos y de su imposibilidad real de canalizar los poderes irracionales».
Julio Galán era considerado «el niño terrible de la pintura mexicana», como lo
calificó la crítica de arte argentina Ana María Battistozzi.
En las obras de Galán podemos
ver, además de su propia historia -una historia íntima y muy personal- las
múltiples formas que adopta la subjetividad en su constitución y la emergencia
del cuerpo como sujeto y objeto del discurso y del deseo. Galán expuso en sus
obras una Mise en abyme donde, a través de sus imágenes, reflejo una de otra,
juego de espejos confrontados (enfrentados), sumergió al espectador en su
propia «demencia», su juego narcisista, en el que, de manera por demás
exacerbada, reflejó el ethos epocal, ya que en las postrimerías del siglo XX el
cuerpo devino en objeto de culto, de amor, de pasión, el cuerpo que se transforma,
se viste, se cuida, se re-presenta, las más de las veces como una alegoría de
los conflictos que el sujeto tiene con el «otro», siendo entonces esta
re-presentación enarbolada como símbolo de emancipación sexual (de género), de
raza, de ideologías religiosas, una defensa a la individualidad, al ser
universal, único y sin binarismos.
Galán artista, Galán imagen,
ambos se superponen, el pintor representó en el lienzo la representación que de
sí mismo fue construyendo y que mostró socialmente: una mascarada. En muchos de
los catálogos de sus exposiciones, como los de las galerías Ramis Barquet en
Nueva York, Thaddaeus Ropac en París, Timothy Taylor en Londres y en el
realizado para Grupo Financiero Serfín en 1993, se incluyen fotografías del
creador, las cuales pueden ratificar este afán de representación. Fuertemente
controladas, planeadas, sin quitar el mérito e intervención del trabajo de los
fotógrafos, las escenas muestran una disposición muy similar a la forma en que
realizó sus composiciones pictóricas. No son casuales, hay en éstas toda una
narrativa, una teatralidad, sus fantasías privadas recreadas frente a la lente
de la cámara. En el catálogo de Serfín, a manera de presentación, se incluyen
dos imágenes de página completa donde Galán, semidesnudo y cargando un par de
alas oscuras, pareciera surgir del río en el que ha caído como Ícaro
sobreviviente. En el forro del catálogo, en la parte posterior, este Ícaro se
encuentra arrodillado a la orilla del río que refleja su imagen, ahora un
Narciso que tampoco sucumbirá a la muerte, una venda cubre sus ojos impidiendo
la posibilidad que se reconozca.
Generalmente el disfraz de Galán
incluyó elementos glam, góticos, exóticos, desde la pintura en su rostro a la
manera de Boy George, las uñas pintadas en negro o blanco, gruesas cadenas y
candado al cuello, joyería exagerada desde anillos con enormes piedras de
colores, grandes collares, hasta crucifijos, mascadas, prendedores en el
cabello, sombreros en variedad de formas, alguno hasta con un ave zancuda
disecada, combinados todo esto con trajes de diseñador y calzado singular, sin
dejar de mencionar los objetos que acostumbra llevar en las manos y que también
representó en sus cuadros, muñecos, cajitas, hasta un bolso de mano en forma de
caballito, dando como resultado un personaje que impacta visualmente,
provocando un «extrañamiento», un choque síquico que produce sorpresa en el
espectador por lo inesperado, lo diferente, lo fuera de lo habitual, por
salirse del lugar común, de lo cotidiano, sea a través de la
"singularización" al hacer suyos los códigos y reutilizarlos de
manera personal, realizando asociaciones únicas, personales e irrepetibles de
aspectos de la realidad que no suelen ser asociados; y la «oscuridad o forma
obstruyente» (en este caso la singularización) se lleva al extremo, como si se
construyera la obra artística para sí, poniendo en juego la totalidad de
experiencias y saberes, Galán se valió de ambos, no sólo en la presentación de
su disfraz, sobre todo en la construcción de sus obras, consiguiendo prolongar
el tiempo de la percepción y ampliando la duración del impacto. Pudiera ser
que, al final, Galán haya conseguido su objetivo al exponer su obra y al
exponerse él mismo en un constante performance, mostrando una representación
subversiva en la que remarca la contingencia, donde todo lo que deja ver es y
no es, consiguiendo así la anulación de las diferencias, la imposición de su deseo.
Hacer de la vida propia una obra de arte ha sido para muchos la manera de abrir
(se) espacios. Desde el dandismo, el estilo siempre ha sido superior al
contenido.
«Pintura engañosa y subversiva
que causa adicción, que repite sus temas y los transforma hasta volverlos
irreconocibles, las obras de Galán mezcla, con gracia y sabiduría, los mitos y
las referencias nacionales, el teatro y la sinceridad, el transformismo y la
trasparencia», escribió el escritor mexicano Carlos Monsiváis sobre el pintor
en el catálogo de la exposición Oro poderoso.
Falleció por un derrame cerebral
el 4 de agosto de 2006 en Zacatecas, México.
Fuente: https://es.wikipedia.org
Galería
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