Cuatro personajes se recortan en
primer plano sobre un fondo que los ubica en las cercanías de Segovia.
Reconocemos el traje regional segoviano en el atuendo de la alcaldesa, cuya
similitud tipológica con el retrato de la alcaldesa de Zamarramala realizado
por Eduardo Chicharro (conservado en la colección Caja Segovia) es notable. De
hecho, el estilo pictórico de este artista cuya técnica fluctúa entre el
academicismo y la libertad plástica, se aprecia en la caracterización de los
personajes, en su captación psicológica e individualizada, en el amor puesto en
la descripción de enseres e indumentaria costumbrista: jubones y velos de
encaje, tocados engarzados de joyas, brocados, telas satinadas… La opulencia de
la dama y el arrebol de sus mejillas contrasta con los rostros apergaminados y
atezados de los campesinos que la acompañan. Mientras que sobre los blancos de
raso y los rojos de satén reverbera la luz, sobre los negros y ocres de los
humildes acompañantes se absorben las sombras. Aunque no es intención del
pintor contrastar opulencia y pobreza “per se” sino enaltecer el espíritu
caritativo de la alcaldesa. La arquitectura rural es descrita de modo somero y
naturalista, haciéndose reconocible en el fondo la iglesia románica de la Vera
Cruz, con su característica torre y ábsides circundantes.
Padre del poeta Eduardo Chicharro
Briones, fue uno de los más grandes pintores de su época, con una enorme
facilidad para el dibujo y gran sensibilidad cromática. Se formó en la Escuela
de Bellas Artes de San Fernando, donde tuvo como maestros a Carlos de Haes,
Alejo Vera, Luis de Madrazo, Jaime Morera y José Moreno Carbonero. Frecuentó
también el taller de Joaquín Sorolla, ampliando posteriormente sus estudios en
Roma con una pensión que obtuvo por oposición. También realizó viajes a Francia
y Holanda.
En 1910 fundó la Asociación de
Pintores y Escultores, siendo además su primer presidente. Esta asociación
crearía en 1920 el Salón de Otoño, certamen artístico que se sigue celebrando
en la actualidad. En 1912 fue nombrado director de la Academia de España en
Roma, en sustitución de don Ramón del Valle-Inclán, por lo que toda la familia
se trasladará a la capital italiana, donde permanecerán hasta 1925. Allí fue
asimismo miembro de la Real e Insigne Academia de San Lucas. Más tarde llegará
a ser director de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, inspector general
de Escuelas de Artes y Oficios y director general de Bellas Artes.
Eduardo Chicharro cultivó el
paisaje, el retrato y los temas de género, en una obra que se caracteriza por
su gran sentido decorativo, un suntuoso colorido, minucioso dibujo y una
evolución desde un costumbrismo casi escenográfico hasta un espléndido
simbolismo. Remitió sus obras a numerosas exposiciones, tanto nacionales como
extranjeras, siendo distinguido en la Nacional de Madrid con segunda medalla en
1899 y primera en 1904, así como con medalla de honor en la edición de 1922.
Fue también galardonado con el primer premio en las Exposiciones
Internacionales de Lieja, Munich y Barcelona. Eduardo Chicharro está
actualmente representado en el Museo del Prado, el Nacional Centro de Arte
Reina Sofía, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Museo de Jaén
y el Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid, entre otros.
Fuente: https://blog.setdart.com/
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