Obligado a exiliarse en Francia por ser combatiente republicano, el artista descubrió ya mayor su vocación artística. El mismo Picasso fue un admirador de su obra y le ayudó en sus comienzos a manejarse dentro del difícil mundo del arte. Pintó, con más de setenta años, este cuadro que muestra la ingenua interpretación que hace el artista de la iglesia y su entorno.
(Colección privada)
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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