Hacia el 1200, en el Sur,
rodeando el lago Titicaca, aparece el reino colla formado por varios pueblos
guerreros, producto de la disgregación de Tiahuanaco. Su cerámica es muy
variada y su arquitectura se caracteriza por fortalezas denominadas “pucaras”. Estas
fortalezas son colinas naturales provistas de muros de piedra cortada; al
parecer se construyeron para detener el avance de los incas. Son sintomáticas
de esta cultura las torres chullpas, cámaras funerarias donde depositaban a sus
muertos. Estas cámaras tienen planta rectangular y son de adobe, usándose en
ellas la falsa bóveda. Algunas de estas chullpas, talladas en piedra, revelan
la influencia inca, como en el caso de las de Sillustani, que además,
excepcionalmente, presentan planta circular.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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