Retrato de Solimán I, sultán otomano,
despachando con dos
dignatarios (Bibli-
oteca del Palacio de Topkapi, Estambul).
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Uno de los grandes imperios
musulmanes fue el otomano, fundado a finales del siglo XIII por Osmán (1300-
1306), también conocido como Utmán I, y que con el gran sultán Solimán el
Magnífico (1520-1566) alcanzó su máximo esplendor cultural.
La gloria del Imperio otomano, que se inició
con la trascendental toma de Constantinopla por Mehmet II en 1452, culminó con
Solimán el Magnífico cuando éste logró apoderarse de Hungría en 1526 tras su
magnífica victoria sobre Luis II. Asimismo, este poderoso sultán llevó a los
otomanos a las puertas de Viena en 1529, impulsó su poderío naval y afianzó su
presencia en el Mediterráneo. En el año 1522 había conquistado la isla de Rodas
y en el 1518, el corsario conocido por los cristianos como Barbarroja, puso la
ciudad de Argel, de la que era dueño, bajo su protección.
La época otomana es de una gran riqueza en
arquitectura. Su máximo representante será el prolífico y genial arquitecto
Sinán, que realizará sus fabulosas construcciones durante la edad de oro del
arte otomano. La mezquita de Süleymaniye de Estambul, encargada por Solimán el
Magnífico, fue realizada por él entre los años 1550 y 1557. Se trata de una
construcción magistral que muestra sin lugar a dudas el esplendor artístico que
se vivió durante la época de Solimán el Magnífico. Tras su reinado, el Imperio
otomano entró lentamente en su fase de decadencia que afectó también al arte.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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