Pintado en 1946, su automatismo ya es
violento y gestual, y la inextricable red de hilos de color crea un ritmo
extraordinario. Llena la tela de colores aplicando la pintura directamente del
tubo (mediante la técnica del “dripping” o chorreo), bien lanzándola o
dejándola potear encima del lienzo.
(Museum of Modern Art, Nueva York)
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat