Fue pintado en 1915, año en que el pintor ya se había
establecido en Berlín. Allí su pintura se hizo menos violenta, el color se
apagó un tanto y el dibujo ganó en firmeza. Además, una elegancia ambigua y un
mayor refinamiento, le dio una calidad diferente a su obra. Aquí ha captado los
gestos estereotipados y artificiales de los transeúntes paseando por una
elegante calle berlinesa. Sus rostros con muecas que se convierten en máscaras.
(Von der Heydt Museum, Wuppertal)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat
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