En esta obra pintada en 1910, el autor apunta ya una
cierta admiración por el cubismo y la fragmentación geométrica, sin embargo, el
color y la distorsión expresionista dan a esta escena una particular
intensidad. Será progresivamente, y a partir de los años veinte, cuando sus
pinturas se harán más abstractas.
(Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat
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