Una de las tres piezas que forman el Tríptico de Santa María Egipcíaca, pintado en 1912, aborda el tema
sagrado con su estilo expresionista: la violencia y la virulencia del color, lo
convierten en una fiesta vulgar. Los rostros, que son máscaras, expresan
sucesivamente la vida de la pecadora, su arrepentimiento y la muerte de la
penitente en el desierto. Se ha comparado la obra de Nolde con la de Rouault.
Ambos fueron, además, dos grandes solitarios.
(Kunsthalle, Hamburgo)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat