Pintado en 1916. Es fácil descubrir los orígenes estilísticos
de este autor: junto a la línea sinuosa del modernismo se descubre toda la
carga emotiva de la pintura simbolista. En sus obras, de gran audacia plástica,
las líneas se alargan e inflexionan sobre si mismas una y otra vez de manera
casi obsesiva, mientras los colores son escogidos por su valor expresivo. Esa
utilización de colores puros procede directamente de Gauguin.
(Aula Magna de la Universidad, Oslo)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat