El famoso ready-made creado en 1914 es hoy cinco réplicas del original, una
fotografía de Man Ray del mismo año. El secador de botellas de Duchamp supuso
una divertida polémica en su momento, ya que cuestionaba profundamente el valor
implícito del arte moderno. Al situar un objeto estándar en los canales de
difusión del arte, desligado de su habitual
contexto, Duchamp no sólo actuaba con un claro gesto dadá, sino que provocaba
un extrañamiento por sus formas y despertaba un interés por una nueva manera de
comercializar el concepto y la idea más que la pieza en sí.
(Museo Nacional de Arte Moderno de París)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat