A partir de una representación de un
maniquí de costurera en su estudio, Man Ray trabajó esta obra de 1919 con
aerógrafo, una técnica que ya había usado tres años antes inspirado por los
dibujos mecánicos empleados en publicidad. El título hace referencia a la forma
de jaula que presenta el vuelo de la falda del maniquí. En el fondo se pueden
apreciar detalles mínimos del atrezzo escenográfico, como la lámpara de
luz, el espejo utilizado como foco reflectante y el respaldo de una silla azul
oculta tras el biombo. Man Ray borraba en esta obra todas las fronteras
existentes entre fotografía y pintura y combinando en su composición elementos
de la escultura, de la arquitectura espacial y de la puesta en escena teatral.
(Nationol Gallery of Scotland, Edimburgo)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat