Braque empleó una composición circular para este
cuadro, en el que las propias formas de las frutas representadas van cerrando
la configuración visual del mismo. El uso recurrente de bodegones por los cubistas
respondía a un manifiesto interés por el estudio de los volúmenes y los
contrastes entre fondo y figura.
(Moderna Museet, Estocolmo)
Fuente: Historia del Arte. Editorial
Salvat
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