Tras sus incursiones en el surrealismo, Braque volvería
al arte figurativo sin desprenderse del todo de su pasado cubista. En esta
escena de salón el pintor trabaja las siluetas de los cuerpos y los objetos
representados por medio de los contrastes de color y las sombras que envuelven
los dos personajes.
(Museo Nacional de Arte Moderno, París)
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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