En 1908, el artista pintó una dama tocada con elegante
sombrero. El color está aplicado con violencia, manejando los contrastes con
gran destreza del oficio. El gusto por un goce sensual del color, que será una
de las más Interesantes y revolucionarias aportaciones formales del siglo xx,
se hace patente ya en esta tela.
(Museo del Ermitage, San Petersburgo)