Este triforio con ángeles pertenece al ocio de frescos que realizó Cimabue, el pintor más reputado de su época, en la basílica de San Francisco de Asís. La crítica moderna sitúa esta obra entre 1288 y 1290, o sea seis años antes de que Giotto llegara a Asís para representar en la iglesia superior los principales episodios de la vida de San Francisco. Si Cimabue sigue la tradición bizantina y sus figuras parecen dominadas por una tensa inmovilidad, hay en cambio, en la profunda espiritualidad de las miradas, el espíritu revolucionario de la nueva doctrina franciscana y presenta las características iconográficas que repetirá desde entonces el arte cristiano.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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