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En la casa AA en Barcelona de Antonio Bonet


En la casa AA en Barcelona, los antecedentes podrían encontrarse en algunas de las residencias que se han convertido en hitos de la historia de Cataluña.

Si en su momento fueron las grandes casas pairales de la aristocracia y la alta burguesía, con la revolución industrial y especialmente la del sector textil, se aumentó este legado con espléndidas mansiones de prohombres de la industria. Y ya en la época moderna, superado el modernismo, algunas residencias modernas han aportado a este patrimonio colectivo el valor de su arquitectura. Decía William J.R. Curtis que Cataluña es un territorio en el que periódicamente afloran arquitectos que entroncan con la historia, la geografía y el clima de este lugar privilegiado del Mediterráneo, construyendo así una tradición viva.

De entre todas aquellas viviendas unifamiliares proyectadas por el movimiento moderno, prototipo del antecedente cultural que buscábamos, escogimos con Xavier Martí Galí la Ricarda como paradigma de este tipo de residencias.

Proyectada por Antonio Bonet Castellana entre los años 1949 y 1957, y construida entre los años 1958 y 1963 para la familia Gomis en un claro de los pinares del Prat de Llobregat, junto a una zona de marismas muy cercana al mar. Esta casa representa, tanto por su proceso proyectual y la relación que se estableció entre el arquitecto y los clientes, como por el extraordinario despliegue constructivo a base de muros de carga y bóvedas rebajadas, un hito de la modernidad mejor entendida y sigue siendo en la actualidad, una referencia obligada a la hora de acometer un proyecto similar.

La casa responde a unas reglas geométricas básicas, tan sencillas, que en ellas radica la potencia del proyecto. Como en la Ricarda, en la casa AA, se parte de una lógica de agregación de cuadrados, pero en este caso el orden geométrico se establece a partir de la diagonalización, del trazado de sus cubiertas, la cual otorga al edificio una condición geométrica unitaria, capaz de definir la relación interior-exterior como un todo.


Una red ortogonal de 7x7m. sobre la que se superponen las diagonales de la misma construyendo, a modo de pentagrama musical, la base sobre la que se apoya la composición del proyecto.

Las diagonales a 45º son las generatrices de las dilataciones que sufre la cubierta, lucernarios en unos casos y dobles alturas en otros; generando una topografía artificial que se eleva sobre la del terreno.

De esta manera, el programa se desarrolla a cota con el jardín en relación directa interior-exterior, donde se ubican salas, salones, biblioteca, comedores, cocina, habitación principal y suites de invitados; todos ellos ligados visualmente a través de largas perspectivas veladas por vidrios, celosías y paneles móviles.

Verticalmente, existen relaciones puntuales de la planta principal con la inferior y la superior, respondiendo siempre a exigencias de programa y cerrando así la continuidad tridimensional del edificio.





Las zonas de la planta inferior son espacios servidores del programa principal tales como: bodega, directamente comunicada con el comedor; videoteca, comunicada con la biblioteca; o la piscina interior como extensión de la habitación principal. Otras conexiones relacionan las zonas de servicio.

Los espacios en mezzanino se reservan para espacios íntimos en relación directa con el paisaje circundante.

La composición se completa con un inesperado acceso a través de un atrio ascético contrasta con la luminosidad del resto de la vivienda y la fluidez espacial de los interiores.

Una envolvente unitaria construida con material cerámico de gran dimensión y mínimo espesor permite relacionar la casa con episodios puntuales en contacto con el terreno, dejando el resto del perímetro a materiales ligeros y transparentes.

Oficce of architecture in Barcelona©

Fotografías: ©Alejo Bagué

Fuente: http://tecnne.com/arquitectura/logica-de-agregacion/

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