Este pintor colombiano siempre ha tratado de reflejar una realidad más
profunda que la captada por una observación superficial de la naturaleza. Destacándose
por una factura suelta y poderosa del pincel, por la estructuración organizada
de los elementos compositivos y el agreste uso del colorido, la obra de Obregón
logra articular espacios de una gran fuerza emocional. En este cuadro de una
larga serie dedicada al cóndor pinta unas nubes cargadas en el cielo,
expresando una violencia natural impresionante. Utilizando este animal como
símbolo totémico, remite tanto al escudo patrio como emblema de una identidad,
como consigna asimismo la idea de poder, aludiendo al mismo tiempo con orgullo
a la fauna americana y a una geografía en la que convergen diversas culturas
que han sobrevivido a conquistadores, hambrunas y expropiaciones.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.