Al poco
de casarse surgieron ya problemas en su matrimonio con Diego Rivera. En 1949,
año en el que Kahlo pintó este autorretrato, la relación tocó a su fin a raíz
de un rumor sobre un posible idilio entre su marido y la artista de cine María
Félix. Llevando continuamente a Diego en su pensamiento, quien aparece
caracterizado con un tercer ojo por la admiración que sentía Frida por su
inteligencia, la pintora se representó a sí misma ahogándose con sus propios
cabellos alrededor del cuello.
(Colección privada, Monterrey)
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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