Como ya hemos señalado, los
futuristas fueron, antes que los cubistas, quienes trasladaron a la pintura la
velocidad y el dinamismo de la sociedad industrializada y maquinista de la
época para representar objetos en movimiento. No olvidemos que el futurismo -movimiento nacido en la
literatura a finales de la primera década del siglo XX-exaltaba los valores de
la modernidad industrial y que son, sin lugar a duda, esos años iniciales del
pasado siglo, una época en la que el sistema de producción industrial prometía
un futuro de mayor progreso y tecnología. Así, podemos afirmar que parte de la
sociedad observaba fascinada la marcha imparable de la revolución industrial.
Los resonantes manifiestos
futuristas, aparte de su evidente capacidad para llamar la atención, contenían
ideas notables, cuyos frutos recogen aún hoy los artistas actuales. Precursores
a nivel ideológico, por desgracia los futuristas no supieron encontrar una
técnica susceptible de encarnar positivamente sus teorías y, aunque lo negaron
durante mucho tiempo, utilizaron todos los procedimientos propios del cubismo.
Su famosa "simultaneidad", en particular, no fue más que la
transcripción del procedimiento cubista de la multiplicación de los ángulos de
visión.
Por otra parte, Gino Severini
tuvo que reconocerlo más tarde. Y esta "confesión" tiene gran
importancia pues venía de uno de los padres del futurismo en pintura, el
italiano Gino Severini, que residía en París desde 1906 y que estuvo siempre
muy ligado a las evoluciones del cubismo. Cabe señalar que Severini
-considerado como el más cubista de los futuristas- renegó más tarde
públicamente del cubismo, publicando Du
cubisme au classicisme (1921 ), violenta crítica de los procedimientos modernos.
Fuente: Historia del Arte. Editorial
Salvat.
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