El artista afirmó que «quería poder dar a cada sujeto su peso, su volumen y no sólo apariencia. El paisaje que la figura femenina está contemplando de espaldas al espectador es el pueblo de Castelnau. La posición de la figura hace que el espectador se sienta atraído por su cabeza y a continuación fije la mirada hacia donde aquella la está dirigiendo, hacia el pueblo, coronado por el gran campanario de la iglesia.
(Musée d'Orsay, París).
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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